Entrevista | Ángel Menéndez Concejal de Obras, Ganadería y Medio Rural en el Ayuntamiento de Cangas del Narcea
Ángel Menéndez, concejal de Obras de Cangas del Narcea: “Tenemos 400 kilómetros de carreteras de los que la mitad están para reparar”
“El gobierno tiene que presentar un IGI en condiciones porque se está alargando en el tiempo y seguimos sin un presupuesto que llegue al Ayuntamiento para ejecutar obras dentro de los espacios protegidos", afirma el edil de Ganadería y Medio Rural

Ángel Menéndez en el ayuntamiento de Cangas del Narcea. / D. Álvarez
Ángel Menéndez (Combarro, 1978) es ingeniero técnico agrícola y desde 2023 concejal de Obras, Ganadería y Medio Rural en el Ayuntamiento de Cangas del Narcea. Esta experiencia es su primera incursión en política, que comenzó formando parte de las listas del PP que encabezó José Luis Fontaniella a las elecciones de 2023, en las que el PP ganó con mayoría absoluta.
Ya se ha superado el ecuador del mandato y una de las prioridades es el arreglo de carreteras. Hasta ahora se ejecutaron dos arreglos integrales y hay en proyecto otros dos. ¿Cuántos se espera completar hasta finalizar el mandato?
El objetivo es invertir en arreglos integrales de carreteras unos 500.000 euros al año. Son arreglos con todas las garantías, con aglomerado en triple riego y abordando problemas como la necesidad de realizar muros de contención, acondicionar entradas a fincas, reponer tramos de quitamiedos… Se están realizando con un criterio muy técnico para solucionar el problema para los próximos veinte años.
¿Con esos 500.000 euros cuántos kilómetros se pueden ejecutar?
Parece mucho dinero, pero en realidad da para un arreglo integral de unos ocho kilómetros, depende de cuál sea el estado previo de la carretera. Pero venimos de mandatos anteriores donde la inversión en mantenimiento vial era en torno a 200.000 euros anuales, así que, aunque parezca insuficiente lo que estamos haciendo, que lo es, el esfuerzo es importante porque estamos multiplicando por dos y medio la inversión que había. Además, a esta cuantía hay que añadir 150.000 para pequeñas obras y rebacheos y otros 100.000 más para hormigonado de caminos interiores de pueblos. En total, el presupuesto de Obras es de 800.000 euros.
El arreglo de las infraestructuras viarias se planteó como prioridad del equipo de gobierno al asumir el gobierno local.
Es que estamos hablando de 400 kilómetros de carreteras de los que la mitad están para reparar, así que es algo inabarcable para un mandato con los presupuestos que manejamos. Lo que necesitaríamos es más implicación del gobierno del Principado de Asturias. A principios de año se inauguró el acceso de Sorrodiles a Regla de Cibea y ahora están trabajando en el proyecto de arreglo de Riomolín y Villa de Roguero, que esperemos que sea una realidad el año que viene. Y acaban de anunciar la adjudicación del asfaltado del camino de Porley a Valleciello. Al final no llegamos a un arreglo por año.
¿Otras prioridades en materia de obras?
Abordar caminos interiores de los pueblos. Prácticamente todos los pueblos ya están hormigonados, pero luego dentro de ellos hay accesos a viviendas que, en su día, por el motivo que fuera, quedaron sin hormigonar. Así que hay multitud de caminos para afrontar su hormigonado. Además, hay una inversión bastante potente en mantenimiento y reparación de caminos rurales, como tenemos un concejo rural y ganadero, pues en la medida de lo posible, también invertimos en facilitar el acceso a las zonas de pastizales.
¿Y en la villa?
En Cangas del Narcea se están haciendo obras que dependen de otras concejalías porque vienen de subvenciones como la remodelación en el casco antiguo a cargo del Plan de Sostenibilidad Turística. Pero el arreglo del parque de Los Nogales es de Obras. Hubo una primera fase que se hizo con cargo a una subvención del ARRU, que estaba a punto de perderse cuando llegamos. Ahora con cargo al presupuesto de la concejalía se han invertido 50.000 euros para el arreglo de un tramo que había quedado en medio y la idea es continuar el arreglo, pero es algo que aún no tenemos concretado.
En ese nuevo tramo remodelado se ha instalado el monumento “Homenaje a los ganaderos”. ¿Qué diría a quienes critican que el dinero invertido en la obra de arte estaría mejor cubriendo necesidades del concejo?
Yo creo que desde el gobierno municipal hay que aplicar una visión más amplia. Hay que hacer una política de largo alcance. Aunque las grandes necesidades sean las obras, no puedes centrarte únicamente ahí. La sociedad tiene otras muchas necesidades. El coste del monumento fueron 25.000 euros, así que llevándolo a inversiones en obras es una cifra bastante reducida. Pero, además, me cuesta reducir a una cifra el valor sentimental y el significado que tiene la obra. Es un reconocimiento a nuestros ancestros ganaderos, también una muestra de apoyo a los ganaderos actuales y un mensaje de ánimo a la ganadería del futuro. No hay que olvidar que el 40 por ciento de los autónomos del concejo son ganaderos a día de hoy. Por otra parte, apostamos por un artista cangués, Francisco Redondo, y por el arte contemporáneo, que creemos que se convertirá en un atractivo más de Cangas del Narcea y que podrá tener repercusión a nivel turístico para gente que busca este tipo de arte. En definitiva, la crítica desde la sociedad es entendible, porque cada uno ve diferentes prioridades. Menos entendible es que llegue desde la política, desde partidos que estuvieron en el gobierno.
Precisamente la ganadería vuelve a atravesar un momento de incertidumbre con la amenaza de la enfermedad de la dermatosis nodular contagiosa.
Ahora mismo la ganadería estaba en una situación económica de las mejores desde hace muchos años, había buenos precios y se estaba vendiendo bien, había mercado. Pero llega la dermatosis nodular contagiosa, que tiene un componente muy peligroso y supone el vaciado obligatorio de la explotación si llega la infección, así que hay que evitar la propagación. Se ha empezado restringiendo el movimiento de animales y a ver si se consigue, junto con la llegada del invierno que hace que los vectores de contagio, los mosquitos, tengan menos actividad.
Otra de las amenazas a las que se enfrenta la ganadería y los pueblos son los incendios forestales. Después de los de agosto solicitáis una reunión con el Principado para mejorar la coordinación, ¿en qué sentido?
El incendio gordo que nos tocó vivir nos llegó de León, de un fuego que se originó por un rayo. Tenemos de aprender de él que las cumbres tienen que ser cortafuegos, porque las máquinas no se pusieron a trabajar hasta que el fuego traspasó la frontera. La segunda problemática que tenemos, es que hay un convenio de defensa contra incendios donde el Principado da una subvención de 260.000 euros anuales para que lo ejecuten en los ayuntamientos, pero con la extensión que tenemos nosotros, a todas las luces es insuficiente. Además, se suma que en Cangas hay mucho terreno privado y el convenio prohíbe taxativamente gastar dinero en suelo privado, lo que afecta también a que no se pueda actuar con desbroces en los perímetros de los pueblos, lo que se llama, el interfaz urbano-forestal. En definitiva, solo se pueden desarrollar actuaciones de defensa contra incendios en terrenos públicos. Es algo que hay que replantear, porque por poner un ejemplo, antes se actuaba en el perímetro de Muniellos, que son montes privados, pero ahora no se puede hacer, así que no tiene protección y cuando llegue el fuego nos lamentaremos. Se deben adaptar las políticas a la realidad de cada territorio y buscar esos puntos donde poder rematar un incendio y, sobre todo, proteger los pueblos, porque durante la ola de incendios ver esa incertidumbre y miedo de los vecinos de perderlo todo y te ves con la impotencia de no poder destinar dinero público a proteger los pueblos. Y luego, una vez que pasa todo, ves como intentan trasladar la culpa a los ayuntamientos, aquí la Fiscalía de Medio Ambiente nos reclamó el plan de prevención de incendios, cuando no es una competencia municipal.
Estos incendios han provocado también que haya más presión de la fauna salvaje en los pueblos por la falta de alimento.
Es una problemática que ya tenemos y que se agudiza con los incendios y no podemos obviarlo. El lobo era un gran problema por los daños que causa en la ganadería, pero ahora con el oso vemos que tenemos daños en ganaderías, en árboles frutales, en la agricultura, apicultura y, lo que me parece más grave, está generando problemas de inseguridad en los pueblos. Los daños materiales son graves, pero cuando una persona en su pueblo tiene miedo a salir de casa por la presencia del oso, pues a mí me parece que es un problema que no podemos dejar de soslayo.
En cuanto al parque natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, aún se sigue esperando por el Instrumento de Gestión Integrado (IGI).
Lo que tiene que hacer el gobierno es presentar un IGI en condiciones porque se está alargando en el tiempo y seguimos sin un presupuesto que llegue al Ayuntamiento para ejecutar obras dentro de los espacios protegidos. Tenemos un 45 por ciento de terreno en el espacio protegido y nos corresponden 5.000 euros de inversión, así que difícilmente se pueden afrontar las necesidades de los pueblos en el parque. Necesitaríamos un instrumento de gestión y una dotación presupuestaria que venga a beneficiar a los habitantes que están dentro del parque y que por esa vía se acabe con la oposición vecinal.
Suscríbete para seguir leyendo