Opinión
Camín Real de Leitariegos, pisando historia (1)
Leitariegos muestra un paisaje hollado por los pies de los viajeros, mulas y carruajes y que fue vía de gran importancia entre el occidente asturiano y Madrid durante varios siglos. Un lugar maravilloso para pasear conjugando naturaleza, geología, fauna, historia, etnografía y leyendas. Tierra de afamados arrieros, donde se pasó de las diligencias tiradas por caballerías a los caballos de vapor del ALSA.
El Puerto de Leitariegos, ubicado a 1.526 metros de altitud pasa por ser el pueblo más alto del Principado. Os traemos aquí una travesía de nivel fácil, de poco más de 8 km., que transita por pistas de tierra en el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, apta para familias con niños.
Comenzamos en el puerto de Leitariegos, al lado de la Capilla de San Juan Bautista (1757) que fue una donación a la iglesia de Oviedo realizada por el rey Fruela en el año 912. Ahí hay también una excelente fuente donde cargar nuestras cantimploras.
Desde el Puerto podemos llegar en cómodo paseo a la Laguna de Arbas en media hora. Esta laguna, junto al lago Ubales, en el parque natural de Redes, es la más alta de la Cordillera Cantábrica y supone un ecosistema de gran interés. Y, si con cuidado de no pisotear la sensible turbera de las orillas, nos fijamos en las aguas de la laguna, quizá podamos ver alguno de los interesantes anfibios que allí viven, tales como el sapo partero y los tritones alpinos, jaspeados y palmeados. Tendremos también que prescindir del baño en estas aguas, ya que está prohibido bañarse en los lagos y lagunas de los parques naturales asturianos. Las cremas solares y otros productos pueden dañar el pH y otros parámetros del ecosistema donde viven tan interesantes especies de flora y fauna.
Recorriendo a cada paso la historia del occidente asturiano.
Dedicando hora y media en este trayecto de visita de esta interesante laguna, volvemos al puerto, que fue lugar de frontera, de parada y fonda, de recaudación y arbitrios, paso importante entre Asturias y la meseta. Seguimos unos 400 metros carretera abajo en dirección a Cangas, para desviarnos por una pequeña pista de tierra que sale a la izquierda, señalizada, donde la primera curva de la carretera “la curva del Cáscaro”. Entramos en el Camino Real de Leitariegos, que iba de Luarca a Madrid y del que aún se conservan algunos tramos como este. El camino está en proceso de señalización por parte del Ayuntamiento de Cangas pero no tiene pérdida alguna y nos llevará a los bonitos pueblos de Brañas de Arriba y Brañas de Abajo, presidiendo siempre el Cueto de Arbas (2.007 m.) punto de interés geológico, y los valles que se descuelgan y precipitan en frondosas laderas de Villar de Arbas. El camino es frecuentado también por los osos y es habitual ver sus huellas y excrementos a lo largo de esta ruta de unos 6,6 km desde el Puerto hasta la Curva de Cabuezos, en la carretera AS-213.
Del puerto de Leitariegos a Brañas de Arriba nos separan sólo 2,7 km de escaso desnivel, ya que estos caminos eran trazados para pasar con recuas de mulas y carruajes, con una anchura de 2 m. o más y con muros de piedra. Este paso de Leitariegos fue muy importante históricamente. Fue una arteria con intenso tráfico de gentes y mercancías, de aquellas que fluían continuamente a lo largo y ancho de todo el Imperio romano, con un protagonismo central de los vehículos provistos de ruedas, lo que diferencia a éste con otros caminos que eran sólo para ir a pie o a caballo.
Por aquí pasaría Alfonso VI, por las “Vías de Rege” o caminos reales hacia la ciudad de Oviedo en el año 1075 o 1065, que en esto hay duda tal como recogió el Padre Carvallo. Le acompañaba su hermana Doña Urraca y varios obispos y grandes del reino.
Alfonso VI y Doña Urraca
Fue en pleno invierno y, en ese caso nunca olvidaría el monarca la dureza de la travesía por las grandes nevadas. Doña Urraca mandaría construir un hórreo en Madrid a semejanza de los de Leitariegos. La importancia de este paso desde Asturias hacia la meseta y Madrid, fue recogida en la carta de privilegio que en 1326 otorgó Alfonso XI a los “omes buenos moradores en la casa del puerto de Leitariegos e de Brannas e de Trascastro e de los otros logares de dicho puerto”. , Este “Privilegio” concedió que los lugareños no pagasen portazgos por cualquier tipo de avíos o mercaderías que trajesen de cualquier parte del reino, ningún tipo de impuestos ni ir al ejército. He aquí una razón que ayuda a explicar la dedicación de los lugareños a la trajinería durante siglos. Este fuero de Leitariegos mantuvo su vigencia durante cinco siglos y medio.
Doña Urraca (1081-1126), reina de Castilla y de León, había tenido que alojarse en «la casa de "Pepillo" en Leitariegos, esto es, de José Cosmen». En agradecimiento, la reina otorgaba a sus habitantes una pensión en especie anual equivalente a 50 fanegas de trigo con la condición de que no dejasen de habitar aquellas altas tierras.
Chema Díaz es Naturalista, Educador ambiental y profesional del Ecoturismo en Asturias desde la creación de NATUR –Naturaleza y Turismo- en 1996. Desde su fundación en 1985 es también presidente de la Asociación ecologista GECA
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