Opinión

La decadencia del Suroccidente

Hay hechos y situaciones que, a pesar de las décadas que llevo siendo empresario y testigo de la vida social y política de Cangas del Narcea y su comarca, siguen indignándome profundamente.

A finales de noviembre del 23, varios medios de comunicación informaron de que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), Cangas del Narcea había sido en la última década el municipio de más de 10.000 habitantes que porcentualmente ha perdido más población en toda España. De los 759 municipios españoles que superan esta cifra, ocupamos el último lugar, es decir, somos los últimos del pelotón.

Por otro lado, las comarcas mineras y, por tanto, el suroccidente asturiano, estamos saturados de costosos estudios elaborados por agentes sociales, sindicatos, universidades, comisiones políticas y diversas instituciones clientelares. Todos ellos coinciden en la misma conclusión: estas comarcas son el paradigma de la crisis.

A lo largo de las últimas tres décadas, se han presentado numerosos y carísimos planes, casi siempre coincidiendo con periodos electorales, desde que comenzó la reconversión minera en los años 90:

  • "Plan de Reordenación del Sector del Carbón" (1990-1993)
  • "Plan de Modernización, Racionalización, Reestructuración y Reducción de Actividad de la Industria del Carbón" (1994-1997)
  • "Plan para la Minería del Carbón" (1998-2005)
  • "Plan Nacional de Reserva Estratégica de Carbón" (2006-2012)
  • "Marco de Actuación para la Minería del Carbón y las Comarcas Mineras" (2013-2018)
  • "Plan de Acción Urgente para las Comarcas Mineras" (2018-2023)
  • "Plan Especial para los Concejos del Suroccidente Asturiano" (2015-2025)
  • "Acuerdo Marco para una Transición Justa de la Minería del Carbón y Desarrollo Sostenible de las Comarcas Mineras" (2019-2027)
  • "Plan de Acción Urgente para Comarcas del Carbón y Centrales en Cierre" (2019-2021)

A estos se suman otros planes específicos para el suroccidente, como el "Plan Estratégico para el Suroccidente" o el "Plan para la España Vaciada", costosos y en ocasiones clientelares planes en los que se han despilfarrado cientos de miles de euros en informes que apenas han servido para algo.

El acceso a los fondos destinados a ayudas para estos planes ha estado siempre marcado por una burocracia asfixiante y una administración parsimoniosa, con ritmos que parecen de otro siglo como mencionaba el editorial de LA NUEVA ESPAÑA el pasado 26 de enero. A esta traba se suman la falta de planificación, la descoordinación entre administraciones y la complejidad de los trámites, lo que nos dan como resultado un cúmulo de exigencias-trampa que han provocado que muchas empresas y pymes desistan de solicitar las ayudas. El resultado: el Gobierno ahorra dinero por la falta de solicitantes y, al mismo tiempo, se publicitan reiteradamente las cantidades asignadas y comprometidas, que no invertidas, como si realmente se hubiesen desembolsado.

Las pymes del Suroccidente, principales generadoras de empleo, sabemos bien que en nuestro territorio confluyen crisis industrial y económica, crisis que se refleja en la pérdida de más del 50% de la población en las últimas décadas, un alarmante envejecimiento de la misma, así como ausencia de relevo generacional, etc.

Mientras tanto, vemos cómo todos los ayuntamientos, sin importar su color político, con los escasos recursos sobrantes tras cubrir el gasto corriente, luchan numantinamente por la ejecución de proyectos víctimas de promesas incumplidas. Ejemplos claros son el abandono del proyecto del ERA, la paralización de la autovía del suroccidente, el retraso en la construcción del centro de salud de Cangas o la falta de inversiones comprometidas por las restricciones del Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, o el acceso al complejo turístico de Pomar de las Montañas, una importante inversión turística degradada por la falta de pavimentación del acceso comprometida por el consejero de turno hace más de cinco años. Seguimos sin comunicaciones y telecomunicaciones equiparables al centro de Asturias; hace unos días, la comarca estuvo 15 horas sin servicio de telecomunicaciones, bueno, los que tienen acceso a ellas, porque no está más recordar que decenas de pueblos no tienen cobertura de móvil ni mucho menos internet.

Como consecuencia de este olvido sistemático, seguimos siendo el ejemplo perfecto de la España despoblada, envejecida y decadente. Seguimos siendo los últimos del pelotón.

Lo más preocupante no es solo el abandono del Gobierno central, sino nuestra resignación. No nos manifestamos, no protestamos, no organizamos huelgas ni concentraciones. No recibimos el apoyo de sindicatos, asociaciones o entidades. Simplemente lo aceptamos en silencio.

Para mí, como pequeño empresario de Cangas del Narcea, y creo que, para muchos otros, es indignante que sigamos aceptando sumisamente que no tenemos cabida en la Asturias del siglo XXI. Nos relegan al olvido mientras se prioriza la recuperación y colonización del territorio por el oso, el lobo los jabalíes, etc.

Nos están condenando al abandono de nuestro territorio, y nosotros lo permitimos.

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