La localidad de Bonilla de la Sierra (Ávila) y otras diez de toda España recibirán este viernes, 25 de enero, en Fitur su acreditación como miembros de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, que actualmente acoge a 79 localidades españolas.

Con las nuevas incorporaciones, la asociación continuará con la labor de recuperación de sus patrimonios históricos, fomentando el conocimiento, conservación, mantenimiento y turismo de estos pueblos.

El acto de entrega de acreditaciones y presentación de las nuevas localidades se desarrollará a partir de las 12.30 horas en el expositor de Turespaña (Pabellón 9) de la Feria de Turismo.

El acto de entrega del reconocimiento estará presidido por la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Oliver Sagreras, la secretaria de Estado de la España Global, Irene Lozano, y el presidente de la Asociación, Francisco Mestre.

Durante el evento de presentación de las nuevas incorporaciones se proyectará un vídeo de los 11 nuevos pueblos y los alcaldes recibirán los certificados conforme el municipio pasa a formar parte de la red en 2019.

Maestre ha afirmado que es "un orgullo" poder incorporar a la Asociación estos once nuevos pueblos "por lo que representan y por su compromiso a mantener y mejorar día a día su belleza arquitectónica, su patrimonio cultural, sus tradiciones y su entorno natural.

Con estas acreditaciones, sus vecinos e instituciones ven reconocido el buen trabajo realizado por muchas generaciones".

Estas once localidades son, además de Bonilla de la Sierra (Ávila), Potes y Carmona (Cantabria), Níjar (Almería), Roda de Isábena (Huesca), Bagergue (Lérida), Tazones (Asturias), San Martín de Trevejo (Cáceres), Viniegra de Arriba (La Rioja), Viniegra de Abajo (La Rioja) y Setenil de las Bodegas (Cádiz), que han superado una auditoría de calidad de más de 40 indicadores.

HISTORIA Y PATRIMONIO

Bonilla de la Sierra (Ávila) es un pequeño pueblo del Valle del Corneja que presume de historia, patrimonio y naturaleza a partes iguales, ya que fue durante siglos el lugar descanso de reyes y obispos.

De ahí su carácter de villa episcopal y el rico patrimonio que conserva en pleno siglo XXI. El municipio estuvo en su día cerrado por una muralla de algo más de un kilómetro de diámetro, de la que quedan restos, como la Puerta de Piedrahíta, aunque en su día hubo cuatro accesos.

Por cualquiera de sus calles principales se alcanza la preciosa plaza porticada del pueblo, con la iglesia-colegiata de San Martín de Tours, una auténtica joya en este bello municipio.