Los cinco acusados de robar el dinero de las máquinas de billetes de Renfe en Asturias y Cantabria han reconocido su culpabilidad y aceptado cuatro años y un día de prisión, pena que se sustituirá por su expulsión del país, tras llegar su defensa a un acuerdo con la Fiscalía, lo que ha evitado la celebración del juicio previsto para hoy en la Audiencia Provincial de Cantabria.

En concreto, el acuerdo establece la rebaja de las penas iniciales de prisión solicitadas por el fiscal para los acusados, todos ellos de nacionalidad rumana, que oscilaban entre los seis años para el jefe del grupo y los cinco años y medio para el resto, a una única para todos de cuatro años y un día, de forma que puede conmutarse por su expulsión del territorio español con prohibición del volver a él durante diez años.

Sin embargo, se mantienen igual las cuantías económicas que reclamaba el Ministerio Público, por lo que deberán abonar de forma conjunta y solidaria 188.946 euros por el dinero sustraído y los daños causados, y otros 4.600 euros a diferentes aseguradoras por las indemnizaciones a los propietarios de dos establecimientos en los que también robaron tabaco, un ordenador y la recaudación de una máquina registradora y otra recreativa.

Según la Fiscalía, los acusados, que formaban parte de un grupo criminal, actuaron en dos locales y en 13 estaciones de Renfe de Cantabria y Asturias entre 2017 y 2018, sustrayendo un total de 28.700 euros de las máquinas expendedoras de billetes y ocasionando daños en éstas y en los accesos a las estaciones por valor de 157.700 euros.

Los ya condenados, que se encuentran en prisión provisional desde marzo de 2018, cometían los robos a "altas horas de la madrugada" e iban ataviados con trajes negros y encapuchados, forzando en ocasiones los accesos y abriendo las máquinas expendedoras con barras de uña.

Según el Ministerio Público, estos hechos constituyen un delito continuado de robo con fuerza en las cosas en local abierto al público, fuera de horas de apertura y formando parte de grupo criminal.

Además, concurre en los cinco acusados el agravante de disfraz, y en uno de ellos, el jefe del grupo, el de reincidencia, ya que cuenta con tres condenas por delitos de robo.

Dentro del grupo, los cinco acusados, tenían distintos roles: el jefe, que no siempre actuaba en los robos; un segundo jefe, que seleccionaba y supervisa los objetivos; el conductor, que llevaba al resto a los lugares donde actuaban y facilita ropas y herramientas; y dos "operativos", que participaban en algunos de los hechos, compraban herramientas y proporcionaban al grupo teléfonos contratando líneas a su nombre.