Las corridas de toros se han reducido casi a la mitad durante la última década en Cantabria, al pasar de los nueve festejos celebrados en 2007 a los cinco que se organizaron el año pasado, lo que supone un 44,4 por ciento menos, según datos del Ministerio de Cultura consultados por Europa Press.

En España, la reducción de estas citas durante ese periodo fue aún superior, del 63,4%, y afectó igualmente al resto de festejos taurinos, que cayeron un 39% en general de media, oscilando entre el 90,6% del toreo cómico y el 41,6% de los festivales. En el conjunto nacional solo suben las corridas mixtas, de 13 a 51.

Y desde 2017 hasta 2019, los festejos populares, que hasta entonces habían experimentado aumentos, caen por segundo año consecutivo: de 17.920 a 16.915, es decir, un millar menos.

En la región, en esos doce años también se redujeron un 50% las novilladas con picadores y el rejoneo con novillos, y en 2019 no se celebraron festivales, becerradas ni toreo cómico. Solo se incrementaron las corridas mixtas con rejones, que pasaron de una a dos, según la última estadística de Asuntos Taurinos de la que se hace eco 'La tortura no es cultura'.

La plataforma defiende que "la mejor ayuda a la tauromaquia es un plan de reconversión". Así lo sostiene en un comunicado en el que se refiere al debate sobre las ayudas del Gobierno al negocio taurino para paliar el impacto del coronavirus.

Para esta agrupación y las organizaciones de protección Animal Guardians y AVATMA las cifras muestran que "el final de la tauromaquia es inevitable" y consideran que "invertir fondos públicos en ellas es malgastar el preciado dinero de los contribuyentes.