Veo en la televisión, en un informativo, algo que me dejó estupefacto. Resulta que el presidente del Gobierno y el presidente de una importante banca se adulaban mutuamente.

Me froté los ojos; increíble, pero cierto.

Yo siempre creí que la banca privada y el socialismo y viceversa eran incompatibles, sobre todo hasta este punto de adulación, pero no, el banquero veía muy encomiable la política económica gubernamental y, claro, el socialista la banca; claro, pues había echado un cable al Ejecutivo al no subir los tipos de interés, de momento. Esperemos que esta situación dure mucho, aunque yo soy un escéptico ante esta eventualidad.

Decía el Presidente que en el España estábamos preparados para una subida de tipos y que la economía doméstica no se iba a resentir. ¿Está usted seguro? Salga a la calle, señor Presidente, y pulse el sentir de la gente en los mercados, donde ya se ve alguna desesperación en compradores y comerciantes, unos ante la subida de los precios y los otros ante las pocas transacciones que hacen.

Me pareció patético que en este tipo de reunión no estuviera el titular del ramo. ¿O es que el Presidente se hace portavoz de todos los ministerios? Mucho quiere abarcar...

Señor Presidente, señor banquero, señor Ministro, yo soy un ciudadano de los llamados «de a pie». Será porque lo otros son todos de autos caros, blindados y de mucho cilindro.

A lo que iba, soy un ciudadano normal, ni banquero ni político, y, haciendo mis cuentas con bastante rigor, tirando a la baja -y que conste que no soy ningún ministro de Hacienda-, en los últimos veinte años perdí un poder adquisitivo del 20 por ciento, como digo tirando a la baja, y no me siento identificado con esos españoles que no se resienten en su economía.

Lo de siempre, unos haciendo agujeros en el cinturón y otros aflojándolos, hasta que les queden cortos. Antes eran los planes de estabilización; ahora ni eso, encima tenemos que estar orgullosos de estos políticos, que, según dicen, tienen a España en todo lo alto.

Los perdedores, los de siempre.

Alberto Sorribas Menéndez

Oviedo