No sabemos si en la estancia del señor presidente del Gobierno de España, y con ocasión de su reciente estancia en nuestra región, concretamente en el Occidente, por lo tanto próximo a Tapia, con la certeza de que ninguna de las visitas institucionales envueltas en el protocolo del cargo, no se les ocurriría un detalle tan nimio, máxime si tenemos en cuenta que los que gobiernan los designios de nuestro pueblo no son lo que se conoce precisamente como un modelo de gestión a imitar, y, para co

lmo, tampoco del mismo color; esto lo convierte en un inconveniente a añadir. En consecuencia, deseo poner en conocimiento de la opinión pública el abandono al que está sometido el puerto de Tapia. Dos, concretamente, son las cuestiones más acuciantes a salvar.

Los diques exteriores, al encontrarse en un estado deplorable, adolecen de una actuación integral, y, cómo no, en puertos asturianos del porte e inferiores en importancia se actuó prolongando los muros y, en ocasiones, realizando la ampliación de los mismos, cuestión que sensatamente necesita Tapia.

Carece del calado necesario que les proporcione un mínimo de seguridad a las embarcaciones, cuestión ésta que obliga a desviar parte de la flota pesquera, de recreo o turística a otros puertos de fuera de la provincia, con la consabida pérdida económica que de ello se deriva. Por lo tanto, limita las labores pesqueras y elimina totalmente las aspiraciones turísticas, en consecuencia, de un desarrollo como puerto deportivo. Siendo más explícito, y sin ser alarmista, puede considerarse este estado de cosas una injusticia. Como curiosidad, decir que durante los últimos cuarenta años no se actuó sobre los lodos de la dársena, de la que no se retiró ni una sola palada de tierra, más bien todo lo contrario (esto sería otra observación curiosa, por lo desconocida).

Todo lo expuesto viene a colofón por lo publicado estos días en la prensa regional, en lo referido a la inminente ampliación, remodelación en algunos casos y puesta en valor de otros (seis, creo recordar) puertos del porte del nuestro, con inversiones multimillonarias. Considerando que no puede haber otra excusa técnica que no sea el color político municipal, no se entiende, ni existe razón para no incluir, con más interés si cabe, dado, como se detalla, la precaria situación en que se hallan estas instalaciones.

Quiero dejar patente que el que realiza este análisis contrastable formó parte del Grupo Socialista del Ayuntamiento de Tapia en el mandato anterior. En el transcurso del mismo se puso esto en conocimiento de la Consejería que entiende del tema, con toda suerte de detalles, lo mismo que se quiere hacer público a través de esta carta al director. Sorprende, cuando menos, el no ver incluido nuestro puerto en estos proyectos, por lo tanto condenando las instalaciones y el futuro y, en consecuencia, el desarrollo pesquero y turístico del municipio. No vale, por lo tanto, la excusa del desconocimiento. Tampoco es admisible que en el ara del partido político se sacrifiquen los intereses de nuestro querido pueblo. El comportamiento que se observa mana sectarismo. La moderna balanza que todo lo mide, nada democrático. Todos estos extremos seguro que no se los contaron al señor Zapatero.

José Antonio Campoamor

Méndez

Gijón