Inicié los trámites para la valoración del grado de dependencia de mi madre en mayo de 2007, en el Ayuntamiento de Avilés. Ingresa a finales de junio de 2007 en la residencia de Pravia del ERA (organismo que agrupa las residencias del Gobierno del Principado de Asturias), y por ello el expediente se trasladó en julio del centro territorial de valoración en Avilés al ERA. La técnico de la residencia de Pravia me explica que mi madre ya está valorada y sólo falta la resolución por parte de la Consejería de Bienestar Social.

Yo comprendo que el cambio de Consejera y su equipo pueda frenar la toma de decisiones, comprendo que la aplicación de una ley tan compleja como ésta deba hacerse con prudencia. Pero el actual equipo de la Consejería de Bienestar Social lleva en sus cargos casi un año, tiempo más que suficiente para hacerse una composición de su tarea. Después de preguntar a varias personas, lo que me quedó claro es que hay un gran desgobierno en lo tocante a la aplicación de esta ley en Asturias. Esto y que en Asturias hay, como mi madre, alrededor de un centenar de personas ya valoradas que presumiblemente son grandes dependientes, ingresadas en residencias del ERA sin comunicación definitiva del reconocimiento de su grado de dependencia. Trámite necesario para que puedan acceder a las ayudas que la ley les reconoce.

La prioridad de la actual Consejera es la privatización de servicios más que poner en marcha esta ley que tantas expectativas ha creado en la sociedad.

En este despropósito, no todo es negativo; las personas que me han atendido tanto en el ERA como en el centro territorial han sido, en todo caso, muy atentas y comprensivas. Resaltar, por último, el buen trato de las personas que trabajan en la residencia de Pravia, donde tanto mi madre como los demás internos están perfectamente atendidos.

Francisco Javier Rodríguez Amorín

Pravia