A finales del mes de febrero escribía una carta a los periódicos relatando cómo tanto las autoridades como los medios de comunicación asturianos dejaban pasar sin pena ni gloria los homenajes dedicados a un paisano ilustre: el periodista Jaime Menéndez, «El Chato». La agencia «Febus», asociación sin ánimo de lucro destinada a la recuperación de intelectuales y periodistas de la República, la guerra civil y el franquismo, constataba entonces las dificultades a las que se enfrentan aquellos que, con la encomiable voluntad de rescatar la verdadera memoria histórica, buscan acercarnos a los frutos más sobresalientes de una España olvidada.

Apenas un mes y medio después, la misma agencia decidió desarrollar en nuestra región un ambicioso proyecto: la «Semana asturiana de Jaime Menéndez, "El Chato": del "New York Times" al campo de concentración de Los Almendros». Cuatro conferencias, celebradas en el Club Prensa Asturiana de Oviedo, el Ateneo Jovellanos de Gijón, el Salón de la Veiga de Salas y la Facultad de Filología de la Universidad de Oviedo, nos trajeron el recuerdo no sólo del periodista citado, sino de muchos otros que, como él, merecen nuestro reconocimiento. Y, ahora sí, se comenzaron a recoger los frutos del esfuerzo. Primero fue un reportaje para Televisión Española sobre la citada agencia «Febus». Después, una extensa entrevista a su presidente, el periodista Juan Manuel Menéndez, realizada para La Nueva España tras un acto que contó con la presencia de Rubén Vigil, jefe de prensa de la Fundación Príncipe de Asturias, que acudió en representación del presidente, don Graciano García. A todo esto se unía alguien que, en todas sus manifestaciones públicas, ha defendido y defiende el proyecto de recuperar nombres de nuestra tierra injustamente condenados al ostracismo: el escritor e intelectual Luis Arias Argüelles-Meres. Por su parte, don Santiago Carrillo concedía en El Entrego una entrevista en exclusiva para «Febus», apoyando el proyecto con su palabra y su magisterio. Pero quizá más relevante que todo esto fue, por fin, el reconocimiento de los poderes públicos. Un emocionado Juan Manuel Menéndez, nieto de «El Chato», recibía con orgullo el anuncio que desde la Alcaldía de Salas, a través de la concejala de Cultura, Flor Menéndez, se lanzó públicamente: la decisión de poner el nombre del periodista al centro cultural de Cornellana. Este reconocimiento póstumo se unió a la promesa de estudiar nuevos proyectos de reivindicación de su figura histórica (placas conmemorativas, un museo, la concesión del título de «hijo predilecto» del concejo).

Estos mismos acontecimientos me hacen ahora alumbrar la esperanza de que, con el empeño de todos los ciudadanos, el empuje de los medios de comunicación y el apoyo de los poderes públicos, objetivos culturales de tanta relevancia como los aquí señalados concluirán con el éxito merecido. Así, aun a riesgo de repetirme, deseo expresar mi agradecimiento a todos aquellos que hicieron posible una semana inolvidable: gracias al periodista Xuan Cándano y a los que con él colaboran, al periódico La Nueva España, especialmente a su subdirector, Evelio González, a Luis Arias, a don Santiago Carrillo y a los miembros de la Corporación municipal de Salas. Gracias, de todo corazón, por vuestro apoyo.

Begoña Camblor Pandiella

El Entrego