Mieres del Camino,

Aitana CASTAÑO

A Sergio Álvarez Tirador lo de ser procurador, más que por vocación le llegó por «genética». Su padre ejerció esta labor judicial durante buena parte del siglo XX y su hija la continúa ahora, en pleno siglo XXI. «La mayoría de los que nacen en una familia de ingenieros son ingenieros, si es de familia de médicos, igual. Yo crecí en el despacho de un procurador y claro, casi no me planteé otra opción», apuntaba Álvarez Tirador. Este mierense «de raza» recibió, ayer, en los Juzgados de su municipio -en los mismos donde ejerce su profesión desde hace 51 años- la medalla de plata San Raimundo de Peñafort al mérito judicial. El acto de entrega de la distinción, una de las más insignes que se conceden en España, fue también un homenaje de amigos, camaradas, familiares y discípulos a Álvarez Tirador. «Además de ser un profesional como la copa de un pino, es una persona excelente», explicaban unos y otros.

El evento contó con la presencia de personalidades de la talla de Juan Carlos Estévez, presidente del Consejo General de Procuradores; Ignacio Vidau Argüelles, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA); Gerardo Herrero, fiscal superior del Principado; José Ignacio Álvarez, vocal del Consejo General Judicial; Agustín Azparra y Raquel Martínez Majón, secretaria del TSJA. Todos aplaudieron las palabras con la que Estévez rindió homenaje a Álvarez Tirador. «Este acto es en honor a los cincuenta años de eficacia profesional de Sergio en Mieres, que siempre ha predicado con su ejemplo firme, ejemplar y eficaz». El propio homenajeado tomó, después, la palabra para agradecer la medalla y recordar «a mi padre, que siempre llevó a cabo este trabajo desde el respeto, y a mi esposa, que ha estado a mi lado en los momentos adversos».

Álvarez Tirador, además de procurador de Mieres durante las últimas cinco décadas, trabajó como funcionario en el Ayuntamiento mierense, donde se ocupó de las quintas. Con setenta años promete seguir en la brecha, «por lo menos un par de años más».

Tras el evento y las fotos de rigor con los presentes, Álvarez Tirador y la comitiva de amistades y familia disfrutaron de una comida en un hotel del valle de Cenera.