Cabañaquinta, J. E. M.

La Confederación Hidrográfica del Norte ha dado luz verde a la ejecución de las obras del último tramo del Corredor del Aller entre Corigos y Cabañaquinta. No obstante, no se trata de una aprobación sin más. Hidrográfica del Norte ha impuesto unos duros condicionantes para autorizar los trabajos. La Confederación impone a la Consejería de Infraestructuras y a las empresas encargadas de acometer los trabajos unas exigencias «encaminadas a reducir las afecciones que esta infraestructura producirá a ese valioso tramo fluvial, al mantenimiento de la variabilidad lateral del río y de la inundabilidad de sus vegas».

La traducción de las palabras de los técnicos de Hidrográfica suponen que la Dirección General de Carreteras deberá modificar el trazado previsto en un tramo de carretera de 1,3 kilómetros para no afectar a la vega del río Aller; y que deberá suprimir las escolleras del encauzamiento y restaurar medioambientalmente todas las llanuras aluviales afectadas por las obras. Hidrográfica exige que se eliminen las escolleras planteadas para proteger las márgenes y que se amplíen algunos puentes para dotar de mayor espacio al río. Asimismo, el organismo tilda de condición necesaria la ejecución de un proyecto de restauración fluvial, una vez finalizadas las obras, que permita recuperar las características naturales de las llanuras aluviales y su importancia como zonas de expansión y de retención de agua en situaciones de avenida evitando el incremento del riesgo de inundación aguas abajo. Queda ahora pendiente de «nueva definición» para el tramo comprendido entre los puntos kilométricos 7,25 y 8,6, en las proximidades de Cabañaquinta, donde el trazado previsto ocupaba la vega del río Aller con importantes terraplenes.

La Confederación Hidrográfica del Norte decretó hace unas semanas, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, la paralización de las obras del tramo Corigos-Cabañaquinta del Corredor del Aller. La medida fue adoptada con el objetivo de analizar con detalle las posibles afecciones de los trabajos sobre el río Aller. El alcalde del concejo, el socialista Gabriel Pérez Villalta, confiaba entonces en una pronta solución del problema. Ahora todo indica que la reforma del proyecto y la elaboración del plan medioambiental llevará más tiempo del previsto. La intervención de Hidrográfica del Norte en las obras del tramo Corigos-Cabañaquinta, el único pendiente del Corredor, había sido solicitada por el PP allerano, para, en palabras de su concejal Juan Antonio del Peño, «evitar la destrucción masiva del ecosistema fluvial con la extracción de áridos en una zona de protección especial como es el río Aller». Las obras, de 5,8 kilómetros, que comenzaron hace unas semanas cerca de Corigos, están siendo ejecutadas por la unión temporal de empresas (UTE) formada por Dragados y Coprosa, que cuentan con un presupuesto de 26.330.706 euros y un plazo de ejecución de 30 meses. El proyecto incluye dieciséis obras de drenaje transversal y un túnel de 290 metros que permitirá el paso frente a Cabañaquinta sin afectar al cauce del río. La actuación no resulta sencilla debido a lo angosto del terreno. Así, según consta en el proyecto, para el desarrollo del trazado será necesario construir nueve estructuras. Una de ellas estará en la conexión con la actual AS-112 en Cabañaquinta; dos en el enlace de Soto; otra servirá para salvar el cauce del río y acceder a Soto; otra para superar la vía de Feve y conectar con la carretera AS-112 en Santa Ana, y cuatro más «simétricas» en Soto y Cabañaquinta.