Mieres del Camino,

D. MONTAñÉS

El coto de pesca «sin muerte» del río Caudal goza por primera vez en muchos años de una aceptable salud. La disminución de la colonia de cormoranes y las continuos repoblaciones que asociaciones como el «El Maravayu» o la Real Asociación Asturiana de Pesca están llevando a cabo han permitido que este castigado enclave vuelva a tener un nutrido vivero de truchas. Los responsables de las citadas entidades reconocen que a lo largo de este verano la situación general de coto «ha mejorado».

Este fin de semana el coto de pesca de Mieres acoge una competición de carácter regional, reuniendo a un buen número de aficionados. Si bien el cauce está lejos de sostener una población de truchas similar a la de hace una década, el balance de actividad es bueno: «Hay bastante pesca y la población parece que se mantiene», apuntan los portavoces de la Asturiana Pesca. Aunque evitan lanzar las campanas al vuelo al plantear una recuperación definitiva de este emblemático espacio, reconocen que la presencia de cormoranes ha descendido: «El Principado, finalmente, ha realizado alguna batida, pero, sobre todo, hemos detectado que la mayor parte de estas aves han emigrado», matizan las citadas fuentes. Los pescadores reclaman ahora a la Administración regional que mantenga un seguimiento, ya que sostienen que los cormoranes pueden «volver en cualquier momento». Los cormoranes llevan en el punto de mira de los pescadores desde hace varios años. Su voracidad, según los aficionados, puede perfectamente ilustrarse con cifras. «Calculando el número de repoblaciones que se han realizado, podemos calcular que más de un millón de truchas han sido eliminadas por estas aves», explican.