Ujo (Mieres), Julio VIVAS

Los padres de Javier Vázquez, el niño de 3 años de Ujo con leucemia, han decidido continuar con su intención de concebir un bebé seleccionado genéticamente para curar a Javier a pesar de no contar con el parte del centro sanitario que trata a su hijo, el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que justifique la urgencia. Así, David Vázquez y Natalia Obraztsova han enviado al hospital de Bruselas, que realizará la intervención, toda la documentación necesaria a falta tan sólo del citado documento. «Esperamos que nos lo acepten igual», señalaba ayer David, quien destacó que «vamos a hacer lo que podamos para sacar adelante a nuestro hijo».

Mientras tanto, Javier Vázquez afirmó que «todavía estamos esperando que nos llamen del HUCA o del Principado para que podamos contar con ese último documento que sería vital para continuar con el procedimiento».

Por otro lado, David también quiso agradecer «las múltiples muestras de cariño que estamos recibiendo durante estos días, tanto de conocidos como de las personas que han descubierto nuestro caso a través de los medios de comunicación». De hecho, el progenitor de Javier afirmó que «ya hay más de mil euros en la cuenta creada para ayudar en el tratamiento. La verdad es que la ciudadanía se está portando muy bien con nosotros».

Con ese dinero, que se puede ingresar en cualquier oficina de Cajastur, los padres de Javier pretenden sufragar los costes del tratamiento, estimados en más de 36.000 euros, sin contar los medicamentos y las estancias.

La técnica consiste en seleccionar (para que se compatible genéticamente con el enfermo) un embrión concebido «in vitro» antes de ser transferido al útero materno. Este procedimiento también se puede llevar a cabo en España, aunque no sería tan inmediato como en Bruselas. Así, los padres sólo necesitarían que el HUCA trasladase a la Comisión Nacional de Reproducción Humana una solicitud para que estudiasen su caso. Después, esta entidad debería decidir si continuaban con el proceso o no.

Javier, de tres años, lleva uno y medio padeciendo leucemia. Una enfermedad que hizo a sus padres temer por su vida en numerosas ocasiones. Tras un primer tratamiento con quimioterapia, el pequeño volvió a enfermar hace unos meses. Al no encontrar un donante de médula compatible, sus padres valoraron la idea de concebir un «bebé medicamento».