Mieres del Camino,

David MONTAÑÉS

Mieres acaba de perder a uno de sus últimos «niños de la guerra». El bibliógrafo y escritor José Fernández Sánchez, que cuando tenía 12 años fue evacuado a Rusia por el gobierno republicano tras el estallido de la Guerra Civil, ha fallecido en Madrid a la edad de 86 años. Nacido en Ablaña, su vida bien podría recogerse en una novela. De hecho, el propio José Fernández escribió una emotiva autobiografía, publicada por Planeta, y uno de sus tres capítulos se titulaba «Cuando el mundo era Ablaña». Él mismo estuvo en la localidad presentando el texto a principios de la década de los noventa, en una de sus escasas visitas a Mieres.

José Fernández pasó sus primeros doce años de vida en Ablaña, pero tras el asesinato de su padre, su madre decidió mandarlo a Rusia en 1937 junto con uno de sus dos hermanos, que murió muy joven. Licenciado en Bibliografía, trabajó en la Biblioteca Nacional Lenin y en Radio Moscú. Además, durante un periodo de tres años, entre 1961 y 1964, hizo de traductor de los asesores militares rusos en La Habana. Sin embargo, la añoranza de su tierra le hizo regresar a España en 1971. En compañía de su mujer, de nacionalidad rusa, cogió las maletas y dejó atrás su país adoptivo para emprender una nueva aventura en Madrid. «Regresó sin nada, ni trabajo ni contactos», recordaron ayer varias amistades del fallecido.

Ya en Madrid, encontró un trabajo temporal como profesor de culturas eslavas en la Universidad Autónoma y en 1972 fue contratado por la Biblioteca Nacional, donde trabajó hasta su jubilación. Destacó traduciendo obras de autores rusos como Dostoienski, Tolstói. Gógol, Turguéniev y, sobre todo, del poeta Evtuchenko. A lo largo de su dilata trayectoria como escritor también ha publicado volúmenes sobre las relaciones ruso-españolas y es autor de la «Historia de la bibliografía española». La Asociación de Escritores de la Unión Soviética le otorgó el premio «Pushkin».

«Era un hombre cultísimo y de una enorme sensibilidad», apuntaron ayer allegados a la familia. El bibliotecario mierense Jesús Fernández, también natural de Ablaña, amigo personal de José Fernández, destacó que «siempre se emocionaba cuando recordaba Ablaña y en alguna ocasión me dijo que si encontraba una casina con una finca que lo avisase». José Fernández apenas tuvo oportunidades de visitar Asturias, donde reside su hermano menor, Francisco Fernández, jubilado siderúrgico afincado a caballo entre Gijón y Madrid. A principios de la década de los noventa fue invitado por la asociación de vecinos de Ablaña a presentar su autobiografía durante la celebración de las fiestas del pueblo. «Aquel reencuentro lo vivió con una gran intensidad, se emocionó y recordó sus vivencias de la niñez», apunta Jesús Fernández.

José Fernández fue enterrado el viernes en el cementerio La Paz de Tres Cantos, en Madrid. En sus escritos quedan reflejados los sufrimientos de una generación de niños asturianos, más de un millar, que tuvieron que dejar atrás el abrigo de sus familias para buscar cobijo a miles de kilómetros de sus casas, que emocionalmente nunca abandonaron.