Mieres del Camino,

José Ángel GAYOL

El salón de actos de la Casa de Cultura de Mieres fue el lugar elegido por la Asociación Española contra el Cáncer para conmemorar con una charla el Día Internacional contra esta enfermedad. En el acto, organizado con la colaboración del Club de Prensa de LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas, intervino la presidenta de la Asociación Española contra el Cáncer en Mieres, Loli Olavarrieta, una psicóloga del colectivo, Rocío Toledo, y la doctora de Ginecología y Obstetricia del hospital Álvarez-Buylla de Mieres María José Díaz García.

Precisamente fue la doctora quien abrió la charla con una exposición general pero rigurosa sobre los diferentes cánceres del aparato genital femenino. «El cáncer es una enfermedad que provoca un crecimiento incontrolado de las células», explicó María José Díaz. En el caso del aparato genital femenino, el primer cáncer del que habló la doctora fue del de vulva. No hay datos certeros acerca del mismo pero sí se puede afirmar que ha aumentado especialmente entre mujeres posmenopáusicas. Respecto a su origen, se ha relacionado con el virus HPV. Por su parte, el cáncer de vagina es muy poco frecuente. Aparece en mujeres entre 60 y 80 años y que no acuden a revisión ginecológica. Una modalidad de cáncer de vagina es el metastásico, que en estados avanzados llega desde otras zonas del cuerpo. El tratamiento es la radioterapia, y en ocasiones la cirugía.

También habló la doctora Díaz sobre el cáncer de útero o cervix, que va en aumento y que ocupa en España el tercer puesto en orden de incidencia con una tase de mortalidad del 2%. Sigue siendo el segundo en frecuencia a nivel mundial y es una enfermedad que se puede prevenir y curar si se trata en un fase temprana. Sin embargo es causa de defunción en mujeres jóvenes en países poco desarrollados, y está relacionado con el virus del papiloma humano, que aumenta con la promiscuidad sexual y la falta de medidas de protección.

Afortunadamente, existe una vacuna que se desarrolló para luchar contra el VIH, aunque el gran problema es la necesidad de introducirla en diferentes culturas, así como la participación de profesionales que colaboren en esta labor. Su origen esta en lesiones premalignas de cervix y se puede curar con facilidad siempre que se coja a tiempo, lo que requiere frecuentes revisiones y atención. Son factores de riesgo la infección HPV, la promiscuidad... El tratamiento depende del estado: radioterapia, cirugía o incluso quimioterapia.

El cáncer de útero o endometrio ocupa el cuarto lugar en los tumores de mujer y es el más frecuente en cáncer de aparato genital, aunque también es el más curable. La edad media de las pacientes oscila entre los 60 y los 70 años, y los factores que influyen son la hipertensión, la obesidad, el tabaco... El tratamiento es quirúrgico con radioterapia, o quimioterapia en estados avanzados.

El cáncer que presenta mayor índice de mortandad es el cáncer de ovario. Esto se debe a que su diagnóstico se realiza en edades avanzadas, y es muy difícil detectarlo en estados precoces, lo cual condiciona el pronóstico y el tratamiento. Las razones no se conocen. Hay estudios que indican como causa la ovulación incesante o cierto tratamientos hormonales, pero no está claro. Y otro cáncer de ovario es el familiar o hereditario, ya que poseer parientes que lo hubieran padecido supone un mayor riesgo. Además, aparece asociado al cáncer de mama o al cáncer de colón, y sólo con un estudio genético se pueden detectar los genes BRCA I y BRCA II causantes de la enfermedad. El diagnóstico es difícil puesto que es asintomático en sus primeras fases y el tratamiento ya sólo puede ser quirúrgico con quimioterapia, explicó María José Díez.

Por su parte, Rocio Toledo habló sobre los factores psicológicos del cáncer y la labor de la asociación en este sentido. Luchar contra el cáncer en todos sus ámbitos, a nivel social, con los familiares, investigación, divulgación, fomento de la detección precoz o el asesoramiento al enfermo son algunas de las labores que la asociación lleva a cabo gracias a los voluntarios que desinteresadamente trabajan para mejorar la vida de los enfermos.

La función del psicólogo puede hacerse muy importante ya que sufrir esta enfermedad implica crisis emocionales de distinta intensidad y que tienen una evolución a medida que pasan las fases de sospecha, diagnóstico y detección, la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia, en las relaciones social, íntimas, laborales... Tener un cáncer impone en el paciente «un estigma social», según la psicóloga Rocío Toledo, puesto que el paciente se plantea cómo actuar, cómo decir que se padece cáncer, el estrés del tratamiento, las consecuencias físicas o la preocupación por la actitud de los demás. A lo anterior hay que añadir trastornos de ansiedad, alteraciones del sueño, de alimentación, crisis de pánico, agudización de patologías previas, y estos problemas psicológicos tienen su repercusión en el llamado «cuidador principal», quien trata de solucionar cualquier problema o responsabilidad y lleva el peso de la carga emocional, intentando mantener la estabilidad en todo momento. Para Rocío Toledo, «el papel del cuidador principal es muy duro y también requiere atención».