Un ataque de cánidos salvajes se saldó el pasado lunes con la muerte de siete ovejas de un rebaño de Peñanes, en el concejo de Morcín. La Guardería del Principado de Asturias acudió ayer a la zona y aseguró que el ataque era obra de perros salvajes. La Asociación de ganaderos afectados por el llobu (Agall) reclama ahora la implicación del Ayuntamiento para buscar a los perros y terminar con «el peligro» para las ganaderías.

«No estamos convencidos de la versión que ofrece la Guardería pero, si son perros salvajes, la responsabilidad recae en el Ayuntamiento», señalaron ayer los portavoces de Agall. Los ganaderos exigieron a los responsables municipales que comiencen «cuanto antes» una búsqueda para saber si hay perros salvajes en la zona. «Tendrán que hacerse cargo de la situación», reiteraron los ganaderos.

En el caso de que los perros no aparezcan, según los portavoces de Agall, «será el momento de pedir explicaciones a la Guardería». El ataque se produjo en una explotación de Peñanes que se encuentra a 700 metros de la población. Desde Agall no descartan que el lobo ande cerca de las ganaderías domésticas: «Hay poca comida en el monte, porque quedan pocos animales salvajes y los animales con dueño están dentro de las cuadras por el frío, así que a los lobos no les queda otra salida para conseguir alimento». Los responsables de Agall no creen la versión de la Guardería y siguen pidiendo a la Consejería de Agroganadería que «tome conciencia de la situación». «Los ganaderos nos gastamos una media anual de 6.000 euros para protegernos del lobo», señalaron.