Los dulces años de juventud con la "Orquesta Royal"

La exitosa trayectoria de la formación musical y de Ricardo Rodríguez, "Cuqui", uno de sus componentes más destacados

Posiblemente, a estas alturas, con los cambios generacionales, estructurales, sociales y económicos, será difícil imaginarse un Mieres del Camino con "dulce" sabor para una juventud que vivía a golpe de escasez, calamidad y falta de orientación vocacional. Tampoco es que ahora mismo aparezcan florecillas de bienestar y felicidad en torno a los jóvenes del momento, pero existe, históricamente hablando, una diferencia. Los veteranos de hoy y airosos muchachos de entonces, no salían de tiempos mejores para meterse en la boca del lobo de una crisis galopante, tal como ocurre ahora. Por aquella época, partiendo casi de la nada, sonaban clarines de ilusión y aparecía un horizonte de posibilidades.

Otros estilos, otras formas de vida, presidían el discurrir de los años cincuenta y primeros del sesenta, por ejemplo para el ligue de parejas y disfrute de amoríos. Los domingos, y solo los domingos, uno se iba a la pista de Sampil (Parque de Atracciones), el Salón Palau, o el Yubana, incluso y con anterioridad el Montecarlo de Requejo con el deseo entusiasta de encontrar la pareja de sus sueños y como principio, unirse pegaditos a los sones de la orquesta de turno y más tarde, a ver lo que arrojaba la aventura. Y a la hora de ligue había dos salidas al uso. O bien sacabas a la preferida a bailar cuando estaba sentadita en grupo o buscabas al compañero más cercano para sacar a una pareja de féminas que se encontraban bailando.. Si había suerte te liabas cariñosamente al compás de los mambos de Pérez Prado, simulabas los pases de un tango llorón, marcabas enérgicamente los trazos de un pasodoble o te mecían en las tiernas arcadias de un bolero de Los Panchos o por el contrario te quedabas a dos velas, mejor dos calabazas. ¿Testigos excepcionales de aquello?.

Se llama felizmente Ricardo Rodríguez López "Cuqui" artísticamente hablando -hoy jubilado cono administrativo de Hunosa- y fue una de las caras más conocidas de la muy popular y querida "Orquesta Royal", testigo fiel, con música de fondo, de tantos y tantos arrumacos que finalizaron en los altares con firmes promesas de felicidad. Este buen amigo y buen mozo, hoy con sus 77 años, recuerda su etapa de vocalista, cantante y hasta guitarra del grupo y su entusiasmo expresivo se expande alrededor, cuando habla de la Royal, aunque también tiene grandes elogios para otros conjuntos de la época, por citar algunas, como La Niza, La Luna o La Mari de Moreda, hablando comarcalmente. Y recuerda con emoción y reconocimiento la figura de otros cantantes, sobre todo Cholo Boix de quién dice: "Había que haberle hecho un monumento".

Cuqui comenzó cantando con su guitarra a los quince años y con ella se fue, tiempo después a Rumbo a la Gloria, donde triunfó. Formando luego los "Cuqui y sus Boys" tuvo el placer de sustituir, más de una vez, a Luis Gardey en el Somió Park de Gijón. Vino la mili y el final, para entrar en la Royal con Gregorio, Ángel, Porras, Rafa Veses, Kike el confitero y Galindo. Estos músicos estupendos y otros que se incorporaron posteriormente, eran de los de partitura. Y le entusiasmaron sobre todo con los mambos de Pérez Prado. Allí sentó sus reales para erigirse en la voz durante veintitantos años, hasta casi su retirada del micrófono, puesto que el grupo se disolvió por propia voluntad. Antes fueron titulares permanentes del Concurso Artístico de Otoño en Mieres y el de "Buscando el Éxito" de ­Turón.

Mil anécdotas salpican la vida de Ricardo Rodríguez "Cuqui", ya fiel amigo de los aplausos, de las solicitudes y de los escenarios más inverosímiles de Asturias, sobre todo el Somió de Langreo en Barros, sala de moda donde fueron a parar, como atracciones, por ejemplo, Julio Iglesias y Masiel después de actuar en Eurovisión. Precisamente con el hoy superfamoso Julito, tiempo después cenando justos con motivo de otra actuación, el de Miami comentó que le gustaba Asturias," a la que acudía por primera vez". Cuqui tuvo que recordarle eso de "¿no de acuerdas que estuviste aquí nada más pasar por Eurovisión?".

Destaca nuestro personaje el hecho de la categoría de los integrantes de la Royal, todos ellos "músicos de estudio, con papel delante". Y lo cimentaba en dos hechos. Dos intérpretes de moda que acudieron también a Barros, Jaime Morey y Valen, traían consigo un grupo no muy a tono con su categoría y en los ensayos terminaban prácticamente riñendo. Con la orquesta de Mieres presente, Cuqui no tuvo el menor reparo en cederles su puesto y ambos actuaron a plenitud y de forma magnífica, hasta el punto de que Valen exclamó al término: "Con vosotros canto yo aunque tenga que cobrar la mitad". Hoy, de la Royal, queda la larga estela de una época inolvidable y los aún supervivientes Lillo, Paredes, Gregorio y Cuqui.

Pero nuestro Ricardo Rodriguez, tras su retirada no perdió mucho tiempo para erigirse como el mejor diseñador de belenes de la comarca y posiblemente de la región, hasta el punto de llevarse, años tras año, con el belén de la iglesia de Ujo, todos los premios habidos y por haber . Hoy está en la Asociación Belenista Asturiana y es premio "Asturias" de la modalidad. También los gatos - si señor, los gatos del entorno de Ujo - saben de su generosidad porque una buena representación de felinos reciben cada día su ración de desayuno, almuerzo y cena, de la mano de Cuqui.

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