La iglesia de San Miguel de Conforcos guarda un valioso tesoro. El párroco del alto Aller, Marcos Cuervo, acaba de hacer un inventario con las reliquias que se conservan en el templo. En la lista figuran pedazos de los mantos de la Virgen María y San José, entre otros restos de valor. Es la primera vez que este contenido se da a conocer y, ante la expectación que ha despertado entre los vecinos, la parroquia tiene previsto retomar la antigua tradición de mostrarlos durante las fiestas de la localidad.
Este templo allerano lleva años en el punto de mira. La Asociación de Caballeros del Camino de Santiago en Aller asegura que el templo fue lugar de peregrinaje y sirvió como "escondite" para las reliquias que ahora se conservan en la Cámara Santa. Según la entidad, que se dedica al estudio de la historia del concejo, la clave de su argumento está en el Obispo Araulfo. Fue el religioso encargado de poner a salvo todas las reliquias ante el avance musulmán y, según los documentos que maneja la asociación, estuvo al frente de la parroquia allerana de San Miguel de Conforcos.
La veracidad de la historia nunca se llegó a confirmar del todo, pero la relevancia de los restos ahora documentados la hacen mucho más creíble. El párroco de la localidad, Marcos Cuervo, es un fiel guardián del relicario. Mientras sube el empinado camino que lleva a la iglesia, aún cubierta por la nieve que ha dejado el temporal, explica que "no maneja ningún documento que confirme que el Santo Sudario pudo estar alguna vez en Conforcos". "Sí sabemos que aquí hay reliquias de muy alto valor, pero es posible que las separaran para no ponerlas todas en riesgo", añade el religioso.
El relicario allerano no es una minucia. Marcos Cuervo abre la urna con cuidado y va depositando cada pequeño resto en una bancada de la iglesia de Conforcos. Además de los trozos de mantos de la Virgen María y San José, también se han documentado reliquias del evangelista San Lucas y de San Francisco de Sales. La lista se completa con otras doce reliquias: del vestido de San Diego, del vestido de San Isidro, de San Abundancio, de la costilla de San Julián, de San Segundo, de San Liborio, de Santa Gertrudis, de San Benerado, de San Ireneo, de San Justo, de San Pío y de San Severo.
Un inventario que ha llamado la atención a más de uno. "Son muchos los vecinos que no sabían lo que teníamos aquí, aunque los más veteranos del pueblo siempre presumen de iglesia y de relicario", destaca el párroco. La intención del pueblo de Conforcos, ahora, es dar a conocer estos restos de gran valor y fomentar así la unión entre la comunidad religiosa.
La Iglesia permite mostrar, siempre que sea con el debido cuidado, estas emblemáticas piezas al público. Los vecinos de la localidad han sugerido al párroco que se expongan todos los restos una vez al año, a ser posible durante la celebración de las fiestas patronales. "Estamos estudiando la posibilidad y no lo descartamos", afirmó el religioso.
La urna está siempre en el templo, aunque muy pocos pueden acceder a su contenido. Cuando termina de hablar, Marcos Cuervo cierra el relicario con llave y lo deja reposar en el centro de un ábside de la iglesia. No se volverá a abrir en meses.
