El Principado protegerá los 40 kilómetros de la Vía Carisa como bien de interés cultural

La catalogación afectará a todo el recorrido de la calzada romana, incluido en la nueva senda señalizada por la red de ciudades de la Ruta de la Plata

Uno de los tramos que se conservan de la Vía Carisa. FERNANDO GEIJO

El Principado está tramitando la protección del trazado original de la Vía Carisa como bien de interés cultural (BIC). La catalogación afectará a los cuarenta kilómetros de recorrido que ya se han señalizado a través de un proyecto de la Red de Cooperación de Ciudades Ruta de la Plata. Esta medida da respuesta a una reivindicación de expertos y vecinos, que llevaban años reclamando una protección especial para la Vía Carisa.

La tramitación llega ahora ligada a la Ruta de la Plata. Según explicaron fuentes del Gobierno regional, "la Vía Carisa se protegerá al igual que el resto de recorridos originales que tenemos en la región y que se han incluido en el nuevo catálogo de la Red de Cooperación de Ciudades". El caso concreto de la Vía Carisa ha requerido de un trabajo más exhaustivo.

La arqueóloga Esperanza Martín, responsable de las últimas excavaciones en el enclave, fue la encargada de localizar y proyectar la recuperación de la calzada original. La Vía Carisa fue construida por los legionarios que formaban parte de la campaña para la romanización del territorio que actualmente ocupa Asturias. Según la experta, "la calzada se conserva en una buena parte del recorrido actual, pero no se encuentra al mismo nivel que la pista forestal actual". Se ha recuperado a lo largo de cuarenta kilómetros y los visitantes podrán caminar por buena parte del recorrido. Algunos tramos, no obstante, no tienen acceso: "Están demasiados altos para poder llegar desde la pista actual", señaló Martín.

La construcción de la Vía Carisa, afirman los arqueólogos, es aún hoy un "ejemplo". Los romanos lograron vencer el duro desnivel de las montañas que separan Aller y Lena con una construcción en zigzag que lograba aligerar el viaje. Las colas de hombres y mulos que llevaban el avituallamiento en los momentos de mayor actividad de los romanos superaban, según los últimos estudios elaborados, los catorce kilómetros de longitud. El nombre del acceso es un homenaje a Publio Carisio, el mando romano que la mandó construir.

Con la vía de comunicación asegurada, los romanos empezaron a tomar posiciones en los montes. Construyeron un primer campamento en el Picu L.lagüezos, que sirvió como primera parada para el asentamiento de legionarios y también como punto de vigilancia. Desde la cumbre, en los días despejados, los romanos vigilaban a los enemigos que se acercaban desde la Meseta y también visualizaban el puerto de Noega (Gijón).

El siguiente paso en dirección al territorio asturiano fue la construcción de Curriel.los. El campamento es la "joya" patrimonial de la Carisa por su envergadura y la historia que cuenta. El yacimiento fue ampliado hasta en cinco fases, una señal clara de que los romanos estaban sometidos a una amenazante fuerza hostil. Algunos expertos señalan a Curriel.los como el escenario de la rebelión astur, documentada en el siglo 22 antes de Cristo.

Toda esta historia, reconoce ahora el Principado, bien merece una protección. La catalogación de la Vía Carisa se aprobó hace ya unos meses, dentro de un proyecto más amplio para proteger todos los recorridos asturianos que forman parte de la Ruta de la Plata original. La Red de Cooperación de Ciudades ha iniciado ya la promoción de la zona para llamar a los visitantes, que podrán pasear por las piedras que colocaron los romanos. El verano pinta movido para el enclave.

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