El Ayuntamiento de Mieres acaba de anunciar que destinará algo más de 90.000 euros para abordar una mejora de los viales de Cenera. La localidad, posiblemente el principal enclave turístico del concejo, llevaba tres años esperando por esta actuación, en concreto, desde que concluyó la obra del nuevo saneamiento. Lo que debería ser una buena noticia para los vecinos se ha tornado en motivo de disputa. Parte del pueblo se ha quedado fuera del ámbito de actuación. La consecuencia inmediata es que parte del vecindario ya ha comunicado al gobierno local que están dispuestos a impedir que las máquinas hagan sus labores. En Cenera hay tensión.

El grupo municipal socialista ha solicitado al gobierno local una ampliación del proyecto para dar cabida en el mismo a todo el pueblo. En principio, se quedarán sin nuevo pavimento las casas situadas en los barrios de Cenera Mayor, Piñera y El Sutu: "No se puede segregar a una población y entendemos que, ya que la obra se va a acometer, lo lógico es dar cobertura a todo el núcleo urbano", remarcó Armando Fernández Natal, portavoz del PSOE. En esta línea, la asociación de vecinos, según explicó su presidente, José Álvarez, ha planteado al Ayuntamiento la posibilidad de sufragar la ampliación del proyecto, "pagando nosotros el sobrecostes, siempre que no se dispare la cantidad". El alcalde, Aníbal Vázquez, ha sido contundente a la hora de remarcar que el gobierno local tiene intención de abordar la actuación tal y como está planteada inicialmente: "Más tarde habrá tiempo para dar cobertura a todo el pueblo, pero ahora tenemos un proyecto concreto que se va ejecutar en las condiciones previstas", indicó el regidor.

En Cenera los vecinos se miran de reojo. Hay cierta división. El concejal socialista Fulgencio Argüelles ya informó en el último Pleno que las obras podrían ser boicoteadas. Llegó a decir que algún vecino está dispuesto, llegado el momento, a ponerse "delante de las máquinas" si lo ve necesario. La asociación de vecinos también ha escuchado este tipo de amenazas, aunque las critican abiertamente: "Siempre hay agitadores y gente que no piensa antes de actuar", señaló José Álvarez. "Cada cual será responsable de sus actos y, aunque lo ideal es que se de cobertura a todo el pueblo, no se puede poner en peligro la actuación".