Historias heterodoxas

Dudas sobre el Socorro Rojo

Las sospechas sobre las cuentas de las ayudas a los represaliados de la revolución de Octubre del 34 vertidas en una carta por el cenetista asturiano Fernando Solano Palacio

Dudas sobre el Socorro Rojo

Fernando Solano Palacio nació en Morcín el 23 de agosto de 1887 y falleció en un piso de la calle Premio Real en Gijón el 27 de octubre de 1973; la causa de su muerte según obra en su partida de su defunción fue simplemente la senectud. Una larga vida, llena de luchas cárceles y exilios que desembocó en una vejez solitaria.

Solano fue anarquista desde su primera juventud hasta sus últimos días. Militante de la CNT y como muchos otros protagonistas de aquellos años que llenaron de sangre la historia de las cuencas mineras en la primera mitad del siglo XX, a la vez hombre de acción y de letras.

Ya les traje una vez a esta página el relato de su viaje en el barco Winnipeg, desde Francia hasta a Chile en 1939 extraído de su libro "El Éxodo, por un refugiado español", donde escribió claramente sus críticas ante el comportamiento de los comunistas, pero él dejó muchas más publicaciones, memorias, poemas, novelas y un relato escrito en la cárcel de Oviedo, "La revolución de octubre. Quince días de comunismo libertario en Asturias", en el que contó lo ocurrido en 1934 desde el punto de vista libertario.

De aquella misma época es una curiosa carta que se publicó en La Revista Blanca, de Barcelona en septiembre de 1935 firmada por él y otros cuatro presos cenetistas -Aurelio Canteli; Antonio Raigada; Eleuterio Álvarez y Faustino González- con el ruego de que se difundiese en toda la prensa cenetista.

La Revista Blanca fue una publicación imprescindible para conocer el pensamiento libertario y en sus páginas se recogieron análisis políticos y comunicados puntuales junto a aquellos textos literarios que tanto gustaban a los anarquistas. En la misiva de los presos se exponían las dudas que les suscitaba el reparto de ayudas monetarias del Socorro Rojo dentro de la cárcel y su negativa a aceptar el dinero que les asignaban, dado que no lo veían muy claro. Como es un asunto que muy pocas veces se ha tratado, hoy se lo quiero contar a ustedes para que saquen sus propias conclusiones.

Desde 1920 ya existían grupos repartidos por Europa que se planteaban ayudar a los represaliados por actividades revolucionarias, pero el Socorro Rojo dependiendo de la Internacional no se organizó hasta finales de 1922. Aún tuvieron que pasar dos años más para que tomase su estructura definitiva en una Conferencia a la que asistieron en Rusia 108 delegados, la mayoría llegados desde otros países y donde se decidió que fuese la URSS quien dirigiese y controlase su funcionamiento.

Como se ve, el Socorro Rojo fue un brazo más del partido comunista que los soviéticos quisieron convertir en un arma de masas para atraerse las simpatías de todos los luchadores obreros que sufrían persecución por su actividad en los países burgueses y para ello crearon secciones por todo el mundo.

En 1932 ya existían 66, entre ellas la española, que aunque contaba desde 1929 con una flamante dirección nacional todavía era muy débil, porque es sabido que uno de los mayores errores de la ortodoxia comunista siempre ha sido dar preferencia a la burocracia antes de asegurar la eficacia de sus acciones.

Después de sobrevivir a la represión de la Dictadura de Primo de Rivera, el momento del Socorro Rojo Internacional llegó con la revolución de Asturias. En 1934 trabajaban secciones locales en Oviedo, Gijón, Mieres, Turón, Langreo y Trubia con un total de 1.000 cotizantes y unos 200 afiliados. Poca cosa ante la implantación y el poder del Partido Socialista, que sin embargo se despistó ante aquella fenomenal oportunidad para demostrar su capacidad de organización.

En cambio, el Partido Comunista, con solo 800 militantes en Asturias, incluyendo a sus juventudes, sí supo aprovechar aquella circunstancia y encontró en la ayuda a los represaliados de octubre la palanca que necesitaba para su despegue definitivo.

En febrero de 1935 habían sido juzgados por su implicación en los hechos revolucionarios unos 10.000 hombres y, según Paco Taibo II, la cifra total de detenidos que pasaron por las prisiones asturianas debe situarse en los 15.000, pero los datos de Solano Palacio y sus compañeros eran otros y por eso no les salían las cuentas, ya que sabiendo que aquí era donde se concentraban más presos y que ellos conocían de primera mano lo que se había repartido en las cárceles de Mieres y Oviedo, era evidente que las familias sólo estaban recibiendo una mínima parte de lo que se había destinado a este fin y así lo hicieron saber en La Revista Blanca:

"Como ha llegado a nuestras manos La Defensa (órgano del Socorro Rojo Internacional) editado en Sevilla de fecha 15 de agosto pasado, donde se dice haber mandado a España por medio del Socorro Rojo Internacional la cantidad de 849.058,15 pesetas para repartir entre los presos y sus familias, queremos hacer constar que nosotros, los de la CNT no hemos aceptado, salvo rarísimas excepciones, ninguna cantidad repartida por dicho Socorro ni formamos parte de ningún Comité de los creados con dicho fin, porque suponíamos que este asunto estaba algo obscuro y no quisimos arrostrar la responsabilidad de ser inconscientemente colaboradores de una obra que nos parecía muy poco clara, como en realidad parece que ha sido la distribución de esos fondos.

Hacemos constar para que lo sepan todos los trabajadores, que en la cárcel de Mieres se repartieron, por una sola vez, 1500 pesetas, correspondiendo 5,60 a cada preso. En la cárcel de Oviedo se llevan hechos tres repartos desde octubre hasta la fecha: uno lo hicieron los socialistas repartiendo a razón 2, 50 por cada preso, otra de 2,00 pesetas y la última de 2,50 por cada individuo. Como, aproximadamente, entre las cárceles de Oviedo y Mieres había de mil a mil cien presos, suponemos que lo repartido serían de siete mil a ocho mil pesetas, cantidad que contrasta con la arriba indicada. Suponemos que los presos de toda España estarán atendidos en la misma forma, según los informes que hemos recibido".

Este es un caso claro de la polémica que siempre enfrenta a los historiadores sobre la importancia de valorar las fuentes directas cuando no coinciden con los datos que se obtienen de los archivos. Hemos adelantado que la carta de Solano Palacio se fechó en septiembre de 1935, por lo que parece que la opinión surgida de su propia experiencia no podía diferir mucho de la realidad.

El hecho fue que, sin saber lo que iba a venir, el Socorro Rojo Internacional se dio a conocer con el apoyo de artistas e intelectuales y aumentó su prestigio ensayando en aquellos meses la gran experiencia asistencial que iba a vivir poco después durante la Guerra Civil coordinando las ayudas económicas y la asistencia jurídica a las familias de presos y refugiados y llegando en muchos casos a gestionar los trámites para la concesión del derecho de asilo, lógicamente en la Unión Soviética.

De aquí partió también la propuesta del PCE para que la ayuda a los presos fuese el embrión de su pretendido frente único y no puede dudarse que en lo meramente político la experiencia sirvió como banderín de enganche para construir la unidad de acción en el Frente Popular gracias a la creación del Comité Nacional de Ayuda a las Víctimas de la represión de Octubre. En él se integraron socialistas, comunistas y miembros de los sindicatos de UGT, CGTU y autónomos?, aunque la CNT nunca lo vio claro y tampoco vamos a saber si sus dudas estaban justificadas.

Compartir el artículo

stats