Uno de los servicios más demandados y más polémicos en su puesta en marcha del Hospital Álvarez-Buylla de Mieres pronto verá la luz. Al menos así lo aseguraron a este diario las fuentes consultadas, que ratificaron que el área de hemodiálisis del hospital comarcal entrará en servicio, casi con total seguridad, a mediados de septiembre. Además, apuntaron, la llegada de los pacientes no se producirá de forma masiva, sino que se irán incorporando progresivamente a los turnos que se establezcan.

Ya a finales de julio, y en una reunión con el Alcalde de Mieres, los máximos responsables del área sanitaria del Caudal, el gerente, Ricardo Arbizu, y el director de Atención Primaria y Servicios Sanitarios, Juan Saavedra, apuntaban en esta dirección respecto a los plazos, algo que ha podido constatar este diario. Finalmente, tras más de un año desde que se inaugurase el hospital, los pacientes con problemas renales podrán ser tratados en su área sanitaria, evitando así molestos desplazamientos a otras áreas del Principado, fundamentalmente a Oviedo.

El servicio de hemodiálisis fue objeto de polémicas desde un primer momento. La idea inicial era que lo gestionara Cruz Roja, tal y como viene haciendo en Oviedo, a lo que los trabajadores se negaron, exigiendo que fuera personal del Sespa (Servicio de Salud del Principado de Asturias) el encargado de atenderlo. Tras una dura polémica, finalmente el Principado cedió. Posteriormente, también se reclamó la presencia de un nefrólogo, especialidad de la que carecía el Álvarez-Buylla. Sanidad, no sin tensas negociaciones, también aceptó incorporar un profesional en este área.

El último problema que dilató la puesta en marcha del servicio de diálisis ha sido el proceso de licitación del material para poder dispensar los tratamientos. Al concurso público se presentaron varias empresas, y una de las que no ganó, impugnó el mismo. La compañía llevó el proceso incluso al juzgado, que finalmente le dio la razón. Esta circunstancia provocó que la licitación del material fuera un proceso más largo de lo normal, lo que contribuyó a un mayor retraso en la puesta en marcha del servicio.

Ocho máquinas

Finalmente, parece que las aguas han vuelto a su cauce, y el servicio de diálisis podrá comenzar a funcionar en un plazo de algo más de un mes. Los pacientes, según ha podido saber este diario, irán incorporándose paulatinamente. El área dispondrá inicialmente de 8 máquinas para realizar la diálisis, en las que se podrán programar como máximo cuatro turnos, llegando a los 32 pacientes diarios.