La Asociación Mierense de la Cocina Solidaria (Amicos) busca financiación para asumir el proyecto del traslado del comedor social al nuevo local en la antigua "placina" de Santa Marina, un edificio que quedó vacío y en desuso hace más de un año tras cesar la actividad comercial en sus dependencias. Unos trabajos que, como destacó el presidente de Amicos, Carlos Muñiz, están presupuestados en torno a los 80.000 ó 90.000 euros, una cantidad de la que no dispone actualmente la entidad.

El colectivo está tocando en todas las puertas y hace unos días lo hizo en el Principado. Muñiz se entrevistó con la consejera de Servicios y Derechos Sociales, Pilar Varela, a la que, además de presentarle la asociación y entregarle su última memoria, también le trasladaron su proyecto de reubicación. Amicos arrancó a la consejera el compromiso de servir de intermediadora con otras entidades, algo que Muñiz agradeció en gran medida. Mientras tanto, también se están avanzando otros contactos con fundaciones, así como también se mantiene abierta la posibilidad de recibir donaciones de particulares. De hecho, la asociación ha recibido el reconocimiento como entidad de utilidad pública, algo que permite que las donaciones desgraven en la declaración de la renta. "Es algo que hasta hace poco no teníamos y esperamos que de este modo se animen las donaciones", explicó el presidente de Amicos, recordando que, incluso, se pueden hacer directamente desde su página web.

Más amplitud

El traslado del comedor de Amicos a la "placina" de Santa Marina responde a una necesidad de la propia organización local, cuyos demandantes de comida han crecido exponencialmente durante el último lustro debido en gran medida a la crisis. Así, de 6.000 comidas anuales han pasado hasta alcanzar las 8.000. El nuevo inmueble permitirá la instalación de una cocina industrial, algo imposible en la actual ubicación, con lo mejoraría en gran medida el servicio social que ofrece esta asociación.

Las instalaciones de Santa Marina son municipales, y acogían hasta hace unos meses el mercado de abastos del citado barrio. Sin embargo, el último de los negocios que permanecía abierto en el inmueble cerró en el verano del año pasado tras no alcanzar la rentabilidad necesaria, así que las instalaciones llevan varios meses sin uso ni beneficio. Los únicos que sí utilizan el inmueble son los miembros de la asociación de vecinos de Santa María, que lo utilizan como sede. Tanto estos como el Ayuntamiento se mostraron favorables a que Amicos pase al edificio, aunque el traslado no será tan inmediato como parecía al principio.