A río revuelto, ganancia de pescadores. Y a tiempo revuelto, pérdida para los hosteleros. Las cambiantes condiciones del otoño, que han llevado a un rolongado periodo de altas temperaturas y ausencia de precipitaciones de lluvia y nieve han provocado una profunda herida en el corazón de los negocios vinculados al turismo invernal. Los portavoces de las asociaciones hosteleras y de empresas relacionadas con el sector de los deportes de invierno le han puesto cifra a los daños acumuladas hasta la fecha, y a las que se esperan ante las nulas previsiones de nieve. En los valles de Aller y Lena, el cálculo pasa porque ya se ha perdido el 50% de los ingresos de la temporada.
Por el momento, se ha perdido ya el puente de la Constitución, que suele ser la época más fuerte del año para los hosteleros debido a la confluencia del estreno de la temporada y a los días de fiesta. Pero, además, hay que sumar que las previsiones meteorológicas no son nada halagüeñas y algunos partes no dan precipitaciones hasta el día de Año Nuevo. Otros, algo más benévolos, apuntan al fin de semana de Navidad como la fecha para ver los primeros copos sobre las estaciones, aunque tampoco parece que vayan a ser suficientes para inaugurar la temporada.
Luis Núñez, presidente de Asturcentral, asociación que aglutina a medio centenar de negocios en el valle del Caudal afirma que "en dinero no podría cuantificar lo que supone la falta de nieve hasta la fecha, pero creo que ya se nos ha llevado más de la mitad de la temporada". "Hay mucha gente que llama, pero no les vamos a contar la película de que hay nieve o se espera", asegura Núñez. "No llega a ser angustioso, pero sí bastante preocupante", señala el responsable del colectivo hostelero, que basa su actividad en atraer clientes de la estación de Valgrande-Pajares.
Núñez también ofrece soluciones al problema de la falta de nieve, aunque lamenta que la administración no sea proclive a ellas. "Entendemos que si no hay nieve, podríamos utilizar la estación para otro tipo de actividades que nos permitan ganar clientes para nuestros establecimientos".
En el valle de Aller, la principal asociación turística es Aller Experiencias. Armando Valdés, su presidente, afirma que "es muy difícil de valorar las pérdidas, aunque ahora mismo andaremos por el 40%". "No podemos darlo todo por perdido, porque si ahora nevase y tuviéramos todos los fines de semana de sol, quizá pudiéramos recuperar algo", asegura el también director de la escuela de esquí y snowboard de Fuentes de Invierno. Algo, que en todo caso, parece difícil. "Las estadísticas están ahí y nos dicen que durante una temporada, sobre todo en la Cordillera, es fácil que se pierdan días por temporales o por viento, así que la situación del sector turístico va a ser difícil".
Soluciones para paliar estas importantes pérdidas las hay, pero siempre pasan porque haya nieve. Ahora, y al final de la temporada. "El director de Deporte ya nos dijo en Nevaria que al final de la campaña se podría estudiar una posible ampliación, y yo entiendo que con las circunstancias que se están dando y los días que llevamos perdidos, lo normal es que si hay nieve se amplíe", aseguró Valdés.
El presidente de Aller Experiencias señaló que este año, el tiempo "está siendo totalmente excepcional". Además, para evitar situaciones como la de este año, Valdés -con más de 30 años de experiencia en el mundo del esquí- entiende que hay que adaptar el curso de esquí al clima. "Deberíamos no encorsetar la temporada en unas fechas, sino adecuarnos a lo que vaya mandando la climatología", apuntó.
Lo cierto es que reina un cierto pesimismo entre el sector, aunque desde los colectivos de hosteleros son conscientes de que esa nube negra sobre sus cabezas se irá con el primer copo de nieve. La temporada aún guarda fechas importantes, como el puente de Carnaval, la Semana Santa o incluso el fin de semana de la festividad del Día del Padre. De momento, toca mirar al cielo.
