Pocas fiestas se disfrutan tanto en el mundo como el Antroxu. Y Mieres vivió ayer su día grande. Cierto es que la presencia de la lluvia ensombreció de alguna manera la celebración, pero miles de mierenses se echaron a la calle con sus disfraces para festejar uno de los días más especiales del año. Vaqueros, indios, payasos? Fueron algunos de los clásicos que no faltaron por las calles. Eso sí, muchos de ellos con un complemento inesperado en sus trajes: el paraguas. Tampoco faltó a su cita la Truchona del Caudal, que como manda el refrán local "ye de ríu y non de mar". Un colorido y ruidoso desfile por las principales arterias del casco urbano fue la apertura de una jornada que se alargó durante horas por los establecimientos hosteleros y comerciales de la villa, muchos de ellos tematizados para la ocasión. Bares, peluquerías o tiendas de alimentación se unieron a los festejos de Carnaval.

El gran Antroxu de Mieres comenzó por la mañana con el ritual del velatorio de la Truchona. La lluvia, que no cesó prácticamente en toda la jornada, hizo que se tuviera que celebrar en los soportales del Ayuntamiento para la mascota del Carnaval mierense, que este año rindió homenaje a Miguel de Cervantes, no se mojara. Algunos aprovecharon también la mañana para inscribirse en el concurso de disfraces, que se celebraría por la tarde.

El programa preparado por el Ayuntamiento arrancaba a las siete y media de la tarde, con un pasacalles a cargo de las charangas "Los Tardones", "O culo moyáu" y "Los Restallones", si bien muchas personas ya llenaban las calles con sus disfraces pese a la lluvia. Y es que aunque el Carnaval infantil ya se celebró el pasado martes, lo cierto es que ayer fueron muchos los niños que repitieron. Había trajes curiosos: desde un radar que multaba a quien pasara fuera peatón, bicicleta o monopatín, hasta bobinas de hilo de coser. También clásicos como superhéroes, futbolistas, militares. Y como no, uno muy tradicional en las Cuencas: el mono de Hunosa con careta y cachiporra.

La Truchona Cervantina, como siempre protagonista, estuvo acompañada por Teatro Margen durante su cortejo, en el que también participaron "Sidros y Comedies de Valdesoto", "La Bandina del Grupu Principau de Llugones" y varias charangas, que recorrieron eje comercial del casco urbano. Los grupos fueron llegando poco a poco hasta la Mayacina, desde donde salía el desfile, para prepararse. Por las calles de Mieres pasaron desde los protagonistas del mago de hoz, hasta cuentos y personajes de Disney.

Desfile

Y pasadas las ocho y media de la tarde, arrancaba oficialmente el desfile-concurso, encabezado por la Truchona, y seguida por los grupos, charangas, carrozas, carromatos, parejas y disfraces individuales que quisieron ser partícipes de esta popular fiesta y optar a uno de los importantes premios que reparte el Ayuntamiento. En el caso de los grupos, los tres primeros se llevan 850, 510 y 340 euros respectivamente. Los individuales y parejas: 255, 170 y 150 euros. Además, el Ayuntamiento ha puesto en marcha una mención local, para los disfraces mierenses. El parque de Jovellanos fue el epicentro para el cierre del programa oficial del carnaval. Las charangas volvieron a actuar para los asistentes. Don Carnal leyó las últimas voluntades de la Truchona, que a continuación fue incinerada en la foguera.

A partir de aquí, los mierenses cambiaron la calle por los bares, en una mezcla de disfraces que dieron un color especial a la jornada. Elefantes bebiendo culetes de sidra, demonios escanciando, o piratas cambiando el ron por un vino fueron algunas de las escenas que se pudieron ver en una de las noches más mágicas del año.

El de Mieres no será el último Antroxu de las Cuencas, ya que el próximo sábado, día 20 de febrero, Pola de Lena será, como ya es tradición, el escenario uno de los últimos carnavales de Asturias. Muchos de los que ayer disfrutaron en Mieres, lo harán hoy de Oviedo, pero tampoco guardarán sus disfraces, ya que esperan despedir el Carnaval en una semana.