Proaza / Santo Adriano,

V. DÍAZ PEÑAS

«Paca» y «Tola» ya están preparadas para el siguiente paso en su primera prueba de fertilidad. Como confirmó ayer su cuidador, Roberto García, ambas han comenzado a dar los primeros síntomas de celo en el cercado de manejo osero de Santo Adriano. Ahora, una vez que las hermanas se han acostumbrado a la presencia de un macho, y tras hacer ver a sus responsables una posible disposición a la cópula, la Fundación Oso de Asturias (FOA) trabaja para ultimar los detalles y la próxima fecha en la que tendrá lugar la primera cita: un primer contacto con «Furaco» en la zona común del recinto. Un encuentro que, en principio, no tiene que demorarse, para aprovechar el período de celo de los animales.

Ha pasado casi un mes desde que «Paca», «Tola» y «Furaco» se vieran por primera vez. Al principio, las dos hermanas se mostraron algo asustadas, pero, poco a poco, fueron ganando confianza y consintiendo las miradas de su compañero. «Furaco», en el recinto del macho, y las hermanas, en el común y en el suyo propio, fueron conociéndose y oliéndose. Las hembras no se mostraron reacias a la presencia de su «galán», por lo que las cosas iban según lo esperado. Mientras tanto, «Furaco» se esmeraba en ganarse las miradas y también el afecto de las dos osas.

Los dos únicos ejemplares de oso pardo cantábrico que viven en semicautividad comenzaron a dar los primeros síntomas de celo hace unos días. Como explicó Roberto García, las hembras ya empiezan a olisquear su cuerpo, se muestran más receptivas con «Furaco» y se tocan continuamente, dando muestras de una actividad sexual próxima. «Los tres animales ya están en celo, aunque éste no aparece de manera continua. Un día dan síntomas fuertes y al siguente se mitigan. El macho ya está preparado para actuar desde hace días», explicó ayer García.

Según señaló su cuidador, las hermanas más famosas de los valles del Trubia están mostrando los mismo síntomas que en otras primaveras. Se lamen, se tocan y se huelen, pero lo hacen de una manera quizás algo más acusada. «Hay que entender que si una hembra en celo se junta con un macho en iguales circunstancias, éste aumenta de manera importante. Es como en cualquier especie animal», argumentó ayer Roberto García mientras observaba los movimientos de las osas, ayer, en el cercado osero de Santo Adriano.

Pero las dos hembras no están mostrando su celo de igual manera. «Paca», la más «adelantada» en cuestiones de hibernación, es, sin embargo, la que está dando unos síntomas de celo menos acusados. Aguanta menos la presencia de «Furaco» y se mueve constantemente, de manera intranquila. «Tola», por su parte, se ha visto durante los últimos días más dispuesta, observando casi continuamente los movimientos de su compañero, con el que parece haber intimado.

«Furaco», el tercer protagonista de este romance, ya ha perdido el color rojizo que delataba su origen del parque natural de Cabárceno. Hace unos días, pasó a ocupar el espacio común del cercado para que lo vaya reconociendo antes de encontrarse con las hermanas. «Paca» y «Tola» lo observan desde el espacio para las hembras, a la espera de que se fije la fecha para su primera cita. Como explicó García, sería interesante comenzar cuanto antes para aprovechar el período de celo fuerte, que se estima entre los meses de mayo y junio. No obstante, tampoco se quiere forzar a la naturaleza, y en todo el proceso primará la seguridad de los animales.

En la Fundación Oso de Asturias ya se trabaja para ultimar ese día en el que los animales tendrán un contacto más que visual. Ayer, sin ir más lejos, el director de la FOA, Carlos Zapico, se reunió con representantes de la Consejería de Medio Ambiente y Medio Rural para establecer una posible fecha. Todavía no hay nada decidido, pero todo hace pensar que el encuentro tenga lugar en las próximas semanas. Además, hay que tener en cuenta para entonces el protocolo de actuación, realizado por la Universidad de León y el equipo veterinario de Cabárceno para guiar esta primera prueba de fertilidad.

Como explicó Roberto García, el contacto será lo más natural posible. «Deberán ser las propias hembras las que entren en el recinto común. No vamos a presionarlas. Durante la primera cita habrá un grupo de veterinarios observando la situación y dispuestos a actuar en el caso de que alguno de los animales corra serio peligro», señaló el cuidador.

Ese día cada vez está más cerca. Se nota en el ambiente. Y es que ya se sabe eso de que en la primavera, la sangre osera también se altera.