Una advertencia previa por si el asunto no les interesa. Nada tiene que ver lo que sigue con el espectáculo esperpéntico que ofreció el pasado sábado la televisión española sobre el estrafalario, bufón y fantoche personaje que en el nombre de España representó a nuestro país en la «gala» de la canción europea. Una cuestión sociológica y trascendental tan sólo en el intento de atisbar por dónde anda la dignidad y el ser y sentir de los españoles: ¿Sigue cada pueblo teniendo lo que se merece?, pregunto. Uno siente vergüenza ajena y el peligro que se corre ante una inminente alarma social.

Abordamos hoy cuatro temas cotidianos sobre asuntos varios entre los muchos que tienen nuestros valles: y va de templos, porque los vecinos de Lavares temen que durante una misa dominical una parte de la iglesia se les venga encima. El problema ya empezó hace diecisiete años cuando las buenas gentes sufragaron reformas y tenían que acudir a los actos religiosos con un paraguas en tiempo de lluvia. Los feligreses no quieren dinero para las obras. Sólo pretenden que el Obispado le extienda el correspondiente permiso para ejecutarlas. Y como de templos sigue, supongo, y así dan fe los vecinos de Valdecarzana, de que llegó la hora de reparar la iglesia románica de Santa María de Villanueva. Nadie entiende lo que está ocurriendo. Si en lugar de empresas faraónicas -verbo y gracia, la rotonda europea- la alcaldesa tevergana tomara cartas en el asunto, a estas horas una de las iglesias más bellas del concejo tendría el estado arquitectónico que se merece.

Si las instituciones se preocuparan de valorar las empresas a las que les son asignadas las obras, a estas horas Santa María de Villanueva sería un templo modélico y la Corporación municipal de Quirós no tendría que rescindir contratos como el que acaba de hacer con la empresa que fue convocada para el parque etnográfico. A esperar.

En fin, Veo la mano de Chikilicuatre en el circo que se está montando con las gemelas y «Furaco», el oso galán, en Buyera.

Post scriptum: han sido distinguidas cuarenta y seis empresas de la comarca con el «Turismo de calidad». ¿Tendrán todas ellas una verdadera calidad con el turismo? Ése es otro cantar.