Aces (Candamo),

V. DÍAZ PEÑAS

Una feria de artesanía, la participación de una banda de gaitas y la oferta de menús tradicionales enriquecieron ayer la vigésima sexta edición del Festival de la castaña de Aces, en Candamo, que estrenó promoción y que contó con la mayor participación de su historia. Con estas premisas, el éxito parecía asegurado. Sin embargo, no fue así. La persistente lluvia que cayó durante todo el día deslució el certamen y mermó considerablemente el número de visitantes esperado por la organización. Aunque el mal tiempo no consiguió empañar un día de fiesta con el que los vecinos, como cada año, se volcaron.

Desde primeras horas de la mañana, todos los habitantes de este núcleo candamín comenzaron a prepararlo todo. El trabajo ya habían venido desarrollándolo a lo largo de toda la semana, pero ayer estaban a pleno rendimiento.

Guillermo Arias estaba en la zona de las brasas y comentaba cómo estaban vendiendo más castañas de las que pensaban dadas las malas condiciones atmosféricas. «Tenemos unos 400 kilos de castañas. El sábado por la tarde ya repartimos, pero hoy es el gran día. Está claro que el tiempo no está acompañando, pero las ventas van mejor de lo que esperábamos», explicó este vecino, quien destaca la importancia de este festival para el pueblo.

En la zona de cocina se encontraban las mujeres. Ellas se encargaban de preparar un menú tradicional a base de fabada, callos, lomo y otros manjares. Tenían previsto repartir unos cien menús. Todas ellas destacan la gran implicación de los vecinos. «El pueblo se vuelca. Unos hacen tortillas; otros, empanadas o dulces. Todos arrimamos el hombro en un festival que supone mucho trabajo para nosotros», explica Pili Menéndez, una de las mujeres de Aces vestidas con trajes tradicionales.

El certamen se complementó con la novedad de una feria de artesanía que se emplazó en las proximidades de la iglesia. No obstante, este mercado tuvo poco éxito, principalmente a causa de la lluvia. La mayoría de los tenderos se lamentaba por el mal tiempo y proponía para próximas ediciones una carpa que permitiera a los visitantes disfrutar de la feria sin mojarse.

Con respecto al concurso y exposición de castañas, en el que participaron más de cincuenta personas, la principal novedad fueron los premios en metálico. El primer premio en la variedad chamberga fue para Pelayo Alves, de Teverga, mientras que el ganador en la variedad normal fue Juan Carlos Pozuelo, de San Tirso (Candamo). El premio a la mejor presentación fue para Floro María Casal, vecino del núcleo candamín de Ferreras.