Noreña,

Franco TORRE

Un alumno del IES de Noreña, Iván Cabricano, ha quedado en cuarta posición en la prueba de «Tecnología del automóvil» en las Olimpiadas de FP celebradas en Madrid la semana pasada. De 21 años y vecino de El Berrón, Cabricano estudia grado superior de Automoción, y su pericia le había servido para ser seleccionado para formar parte del combinado que representó al Principado de Asturias en la competición.

Pese a que durante toda la semana Cabricano estuvo peleando por las medallas, a última hora se vio relegado a la cuarta posición, obteniendo 502 puntos, por la que consiguió un diploma a la excelencia. «Fue una pena porque me encontraba bien y estuve muy cerca de las medallas», comenta Cabricano, quien considera que el sistema de puntuación pudo perjudicarle un poco. «Se miraba mucho que se hiciese todo por el libro», señala el sierense, «pero cuando tienes experiencia laboral, cuando has trabajado, sueles saltarte pasos o hacer las cosas de otra manera». No obstante, Cabricano valora la experiencia como «buena», aunque lamenta no haber podido hacerse con el premio para el campeón: un contrato de un año en Daimler-Benz. Sin embargo, el joven ya tiene perspectivas de futuro, y una vez concluya su formación de grado está barajando la posibilidad de trasladarse a Barcelona para especializarse en Mecánica de motos de competición.

«Eso me gustaría mucho», apunta Cabricano, quien sin embargo ve muy lejana la posibilidad de formar parte del paddock de alguna escudería del Mundial de Motociclismo. «La gente que está en ese mundo, trabajando a ese nivel, es muy buenos» señala.

Sin embargo, alberga la esperanza de lograr algún día los conocimientos y la pericia suficientes para entrar en el mundillo. «Estamos hablando de un mercado muy reducido. Si eres realmente bueno, te vienen a buscar», señala el joven sierense.

Mientras llega su oportunidad, Cabricano se conforma con ver las carreras por televisión, lejos de la tensión de la competición y del olor a goma quemada y aceite de motor del paddock. Si pudiera elegir, Iván Cabricano tiene claro con que piloto le gustaría trabajar.

«Para mí, el mejor es Valentino Rossi, sin discusión», apunta el sierense. «Es un genio en la moto» continúa, «pero no sólo por cómo conduce, sino por su modo de estudiar las carreras y de afrontarlas, por su dominio de la estrategia?». Quizá algún día el campeón italiano tenga un mecánico «olímpico» en sus filas.