Siero, Franco TORRE

El hecho de que estos complejos palaciegos sean de propiedad privada ha propiciado que algunos de ellos estén en uso y presenten un excelente estado de conservación. No obstante, eso también supone un problema en el momento en que amenazan ruina, ya que las autoridades tienden a inhibirse. Es el caso del palacio de Celles, que amenaza con caerse desde hace varios años. A la espera de que las últimas medidas anunciadas por Patrimonio se pongan en marcha, el palacio, uno de los edificios de la época más importantes entre los conservados la región, continúa en un lamentable estado. Otro caso sería el de los palacios de Valdesoto y Aramil, que están pendientes de sendos desarrollos urbanos que, especialmente en el caso de Aramil, podrían propiciar una restauración. En el otro lado de la balanza se sitúan los palacios de Meres y Lieres, cuyos propietarios les han dado un uso como restaurante y expositor de una mueblería, respectivamente, así como el de Santa Cruz en la Pola, que alberga dependencias municipales. Haciendo buena una de las máximas de la conservación, el dotar de uso estos edificios ha favorecido su supervivencia.