Pravia,

V. DÍAZ PEÑAS

Desde hace unos años es habitual ver plantaciones de kiwi en las vegas de Pravia y de la comarca. De hecho, más de la mitad de la producción de este fruto de origen oriental que se recoge en Asturias procede de la comarca del bajo Nalón. El kiwi ya se ha convertido en uno de los productos estrella de los concejos de Muros de Nalón, Soto del Barco y Pravia. Sin embargo, este fruto carnoso y verde no deja de ser un producto relativamente nuevo en la zona. Hace tres decenios, pocos conocían su existencia y menos aún lo veían como un producto agrícola rentable. Años después, el cultivo del kiwi se ha consolidado y sigue creciendo en la zona. Tanto que los productores insisten en reclamar más terrenos para esta trepadora, que se empezó a plantar en Pravia a finales de los años setenta.

Luis Marcos es uno de los pioneros del cultivo del kiwi en Pravia. Conoce al dedillo los pormenores, las variedades y las necesidades de este fruto verde y rico en vitamina C. En su casa guarda multitud de libros y publicaciones sobre éste y otros frutos. Y en su cabeza se almacenan cantidad de datos necesarios para conseguir que una plantación sea rentable. Experto forestal, farmacéutico y aficionado al cultivo de frutales, Marcos empezó con una pequeña plantación de apenas cuarenta plantas y hoy en día es uno de los mayores productores de Asturias. Junto a su hermano Pedro gestionan una plantación de 17 hectáreas y otras tantas que aún no producen en las vegas de Forcinas.

Luis Marcos recuerda perfectamente cómo llegaron los kiwis a Pravia. «Todo empezó casi como una broma entre tres amigos. Mariano Blanco, Armando Fernández y yo estábamos en una feria y empezamos a hablar sobre frutos. Entonces, decidimos encargar unas plantas de kiwi para ver cómo crecían. Lo hicimos por tener unos cuantos árboles frutales de esta especie. Quién nos iba a decir entonces que el kiwi arraigaría en Pravia y en la comarca», explica. Las primeras plantas se pidieron en 1977, pero no llegaron, ya que fue muy difícil encontrarlas. Al año siguiente repitieron, y esta vez sí que hubo suerte. Nacía la historia del kiwi en Pravia. Como explica Marcos, corría enero de 1979 cuando unas pequeñas plantas de una especie exótica llegaron a la comarca. «Los plantones eran bastante pequeños y pagamos 800 pesetas por cada uno. Hoy en día están más baratos y son de mejor calidad. Repartimos las plantas y probamos suerte. Poco a poco vimos cómo el producto se aclimataba bien a la zona y el año siguiente pedimos más plantas», señala este hombre, que aprendió sobre el cultivo a base de recopilar información en libros escritos en varios idiomas. En los primeros años, se pidieron kiwis para casi todo el concejo, aunque a pequeña escala. «La gente pedía un par de plantas para poner en la huerta. Se plantó en Cañedo, en Puentevega, en Agones, en Santianes... Eso sí, la producción era familiar», recalca.

Este pionero del kiwi en Pravia echa la vista atrás y recuerda cómo fue creciendo el cultivo de este producto originario de China. «En el año 1983 tuvimos la primera cosecha, que fue aumentando año tras año. En 1985 pusimos en marcha una segunda plantación en Prahúa mientras seguíamos haciendo pruebas para mejorar la polinización y los cuidados».

Y añade: «En 1994 dimos el salto a las vegas de Forcinas, donde plantamos unas 17 hectáreas y empezamos a mecanizar las tareas. Ahí comenzó nuestra producción a gran escala».

Pero en estos últimos treinta años la producción de los hermanos Marcos no ha sido la única que ha crecido y se ha industrializado. En todo este tiempo, las hectáreas dedicadas al cultivo de kiwis han aumentado de manera considerable en Pravia y en el resto de la comarca. Por poner sólo unos ejemplos, en Soto del Barco se puso en marcha una plantación en una de las islas naturales del cauce del Nalón de 25 hectáreas. Y en Pravia, recientemente, se han plantado otras 20 hectáreas en fincas comunales de Peñaullán. La comarca del bajo Nalón se consolida en el sector y produce el 60% de los kiwis cosechados en Asturias, la segunda comunidad en producción tras Galicia.

Pero la relación entre este fruto con nombre de animal y la comarca no termina. Los productores de kiwi siguen solicitando fincas de grandes dimensiones para aumentar la producción. Saben que la comarca y sus vegas tienen muchas posibilidades y que hay mercado, y quizá también sepan que la historia del kiwi sólo acaba de empezar.