Los comerciantes de la plaza de abastos advierten de su declive y piden mejoras

Los tenderos critican la dejadez municipal y afirman que la gente no compra por el mal estado del recinto

Unos puestos de frutería y de pescadería en la plaza de abastos de Candás.

Unos puestos de frutería y de pescadería en la plaza de abastos de Candás.

braulio fernández

Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Los comerciantes de la plaza de abastos de Candás reclaman mejoras para el centro tradicional de comercio carreñense. La plaza de abastos languidece, según explican, por el abandono que sufre por parte de la Administración local, no invirtiendo en el mantenimiento del lugar, lo que no sólo distrae la atención de los consumidores, que rechazan comprar en la plaza por su mal aspecto, sino también echa para atrás a los posibles jóvenes comerciantes interesados en un puesto.

«Seguro que cuando los políticos visitan las plazas de abastos de ciudades como Gijón o Avilés se quedan satisfechos al ver las condiciones en que allí se vende el producto, bien expuesto y presentado para atraer clientes», explica una de las fruteras de la plaza, que cree que cuando visitan la plaza candasina tienen que apreciar la diferencia.

«No hay una entrada en condiciones, los pasillos están llenos de columnas que impiden la visión de los mostradores y, para colmo, si hace Nordeste corre un aire insoportable», explica la frutera. La tarea municipal debería consistir, en su opinión, en dar otra orientación, mucho más comercial al centro, «ya que parece hecho para todo menos para vender».

El problema se ha tratado de solucionar, al menos parcialmente, por parte del Ayuntamiento en las últimas semanas, pero se ha quedado a medias. El municipio invirtió una pequeña cantidad de dinero en pintar las paredes y los techos de la plaza, de color blanco, pero la voluntad se quedó «escasa», a juicio de los comerciantes, ya que donde era trabajoso pintar no se pintó, como sucede con las manchas de humedad del piso de abajo.

Las críticas de los tenderos van dirigidas, además, a la configuración de un local que tiene más de 30 años y cuya disposición de planta cuadrada, con un pasillo central plagado de columnas, impide la correcta circulación del comprador. Los problemas no son sólo estructurales, como sucede con la humedad, sino también comerciales. En este sentido, otro de los principales problemas de la plaza de abastos es su poco reclamo comercial de cara al visitante. Según explican las tenderas de la pescadería, «o se conoce el lugar o no se da con él de ningún modo». Por este motivo reclaman, como llevan haciendo varios años, una iluminación o cartelería que indique el paradero del mercado.

La situación se torna, además, más negra con el paso de los años, advierten, ya que no hay savia nueva en el mercado. En su opinión, una de las grandes amenazas que se ciernen sobre el mercado candasín es que no hay relevo. «En las condiciones en que hay que trabajar aquí es muy difícil progresar, y no será fácil que se produzca el relevo», apuntan.

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