Perlora, B. F.

La falta de un proyecto de reforma y de la preceptiva licencia urbanística para comenzar a ejecutarlo, que dejan en el aire la ambiciosa propuesta de reactivación de la Ciudad de Vacaciones de Perlora, ha sido vista en Carreño como la penúltima irregularidad en torno a la residencia. Aunque no es ésta la primera vez que la gestión del complejo queda desierta.

El Principado abrió en mayo de 2007 el concurso público para la adjudicación de la Ciudad de Vacaciones. Entonces todo era optimismo y se decía que nada más comenzar el concurso varias empresas habían mostrado su interés en hacerse con la explotación. Pero los meses fueron pasando y nada se supo de aquellas empresas, que, tal y como reconoció posteriormente el Principado, no llegaron a presentar oferta.

En agosto de ese mismo año finalizaba el plazo para la presentación de propuestas, pero la oferta única de las cinco empresas asturianas a las que, finalmente, se adjudicó la concesión, no llegó entonces. Así, en octubre de 2007 los grupos políticos de Carreño mostraban su preocupación por el silencio del Principado. Hacía dos meses que había finalizado el concurso y todavía no se había alzado el brazo de la ganadora.

Por fin, en noviembre, tres meses después de cerrado el plazo, el Principado hizo pública la adjudicación. Los grupos políticos carreñenses interpretaron que el concurso había quedado desierto y que las empresas adjudicatarias fueron reclutadas por el Principado. De hecho, según fuentes de una de las empresas, el proyecto fue elaborado a partir de ese mes de noviembre, es decir, fuera del plazo del concurso. Estas peculiares circunstancias se verían corroboradas cuando, en enero de 2009, el Ayuntamiento le pidió a las empresas que concretasen urbanística y arquitectónicamente un proyecto a base de dibujos.