Estamos rodeados. No quiero parecer alarmista, pero estamos a las puertas de un gran conflicto global contra un viejo enemigo: los muertos vivientes. He abierto los ojos leyendo «Zombi. Guía de supervivencia», de Max Brooks. Tal y como explica este visionario, la amenaza zombi es real, y debemos prepararnos ante un posible ataque. Los gobiernos lo saben, y, de hecho, todo este cuento de la crisis no es más que una cortina de humo para desviar grandes cantidades de dinero a la guerra contra los zombis. Esta estrategia explica incluso sucesos recientes como el aumento de la delincuencia en la Comarca del Nora o la paralización de las obras de Mudarri, atacadas por una horda de gules el verano pasado. De hecho, los zombis ya se han infiltrado en las más altas esferas de la sociedad: pueden verlos en la tele y los diarios e, incluso, había uno arbitrando el Inter-Barça este martes. Por eso, mi consejo para el día del libro es éste: cómprense el libro de Brooks, un AK-47 y un buen cuchillo de trinchera. Yo ya lo he hecho.