Aboño,

Braulio FERNÁNDEZ

La Autoridad Portuaria de Gijón está de liquidación. Un hórreo y 20 olivos centenarios del Alto de Aboño, que deben desaparecer para ejecutar las obras del desmonte, serán subastados. Estos bienes eran, hasta hace poco, propiedad de José Prendes González, pero fueron expropiados por el Puerto gijonés para ejecutar las obras de ampliación. Ahora sobran y, para hacerlos desaparecer, se ha optado por la solución de la subasta. Es una suerte mejor que la que han corrido una fuente pública, una casa mariñana y una escultura de la realeza española, víctimas de las excavadoras. El hórreo y los olivos pasarán a manos del mejor postor.

El anuncio de la subasta pública de estos bienes, propiedad de la Autoridad Portuaria de Gijón, se hará efectivo hoy y los interesados podrán presentar sus ofertas en las dependencias de El Musel hasta el próximo 13 de mayo, según indicaron fuentes del Puerto.

Los elementos subastados son 20 olivos y un hórreo que hasta ahora ocupan un sitio entre las ruinas y las dos casas que quedan en pie en el barrio del Alto de Aboño. Este núcleo carreñense, antaño con una gran ocupación humana, es residencia tan sólo de tres vecinos, que se encuentran inmersos en negociaciones con el Puerto para acordar su traslado.

La Autoridad portuaria tiene plenos derechos sobre estos bienes, una vez que se ha hecho efectiva el acta de ocupación sobre ellos. Y, si bien aún no se ha fijado el precio final que el Puerto deberá pagar por los terrenos que ocupan esos elementos, sí puede disponer legalmente de ellos, según aclararon ayer los abogados de los antiguos propietarios de la finca.

Esta maniobra del Puerto se produce cuatro meses después de que hiciera desaparecer varios elementos con interés patrimonial para el concejo.

Esas actuaciones, que no contaron con licencia municipal, representaron la desaparición de una casa mariñana, una fuente pública, una escultura, varias placas y una cuadra, según indicaron fuentes de la Asociación de Vecinos de San Lorenzo del Alto de Aboño. El caso más significativo es el de la estatua dedicada a la Infanta Isabel de Borbón, «La Chata», quien, en 1915, realizó una primera visita de la realeza al concejo.

La Autoridad Portuaria de Gijón no tuvo en cuenta entonces el valor que las construcciones tenían para los antiguos vecinos del Alto, lo que desató la polémica en el concejo e, incluso, una petición del Ayuntamiento para solicitarles la licencia oportuna.

Ahora, el Puerto emplea otras maneras para deshacerse del Alto de Aboño, poniendo el cartel de «se vende» a una parte del patrimonio del concejo de Carreño.

La subasta de veinte olivos y un hórreo del Alto de Aboño (en la foto) es la penúltima actuación de la Autoridad Portuaria en la zona, con el objetivo de hacer desaparecer toda construcción de su superficie, para proceder a la explanación. Una vez se vendan los olivos centenarios -plantados en la zona por «el técnico Sindulfo», como rezaba un cartel ya desaparecido, con José Prendes González como promotor- y se proceda a trasladar el hórreo, sólo quedará pendiente la tarea de desalojar a los tres vecinos que aún habitan en la zona, informa B. F.