Logrezana,

Braulio FERNÁNDEZ

Los vecinos de varias parroquias de Carreño, como Tamón y Logrezana, llevan varios meses aguantando una situación que consideran peligrosa y dañina para la actividad ganadera. Desde hace un tiempo, según denuncian, las praderas de varias parroquias, en el entorno conocido como la Ería San Gabriel, se ven invadidas por animales sueltos, originando graves problemas a las fincas. Los animales, vacas y caballos sobre todo, pero también perros, proceden de explotaciones que han sido alquiladas a ganaderos de fuera del concejo en su mayoría, que dejan a los animales en el lugar sin ejercer un control sobre ellos. El ganado supera los límites de estas fincas alquiladas, principalmente cuando se queda sin pasto, invadiendo el resto.

«No se pide que los animales dejen de pastorear, pero que no molesten», dice el presidente de la Asociación de Vecinos de Tamón, Manuel Noceda, que cree que «los cierres de las fincas de este ganado no es el adecuado». El mayor problema surge, cuando al pasar a otras explotaciones, los animales sueltos defecan sobre lo que posteriormente debería haber servido de comida para otros animales. «Es duro ir a ensilar 30 o 40 bolos de hierba y ver que la mitad no te valdrá por culpa de los excrementos que hay en ellos, y que el ganado rechazará», añade Noceda, que tilda de «descuidado» el estado en que se encuentra el ganado suelto.

El problema no se circunscribe a las fincas, además, ya que estas vacas y caballos también deambulan en ocasiones por las carreteras del concejo, como ha denunciado la Asociación de Vecinos de Logrezana. En opinión de su portavoz, María Ángeles Rodríguez, «la zona rural está siendo víctima del no respeto a la propiedad, ya que hay grupos numerosos de gentes que habitan en la población pero tienen animales en la zona rural sin las condiciones mínimas de seguridad para los vecinos».

Por ello, desde esta asociación ya se ha pedido al Ayuntamiento de Carreño que «busque soluciones para evitar el deambular de caballos, vacas y perros por las praderas, y cuya causa principal es no tenerlos en espacios con buenos cierres, que deberían ser reglados por el propio Ayuntamiento, haciendo un seguimiento de ellos». Además, llevarán esta polémica a la próxima reunión del consejo de participación ciudadana, que reúne a los portavoces de todas las asociaciones.