Lieres,

Manuel NOVAL MORO

La Comisión de Urbanismo de Siero ha rechazado, con el apoyo de todos los partidos políticos de la Corporación, la denuncia formulada por el representante de la Unión Vecinal de Lieres, Laureano Toraño, por lo que considera «flagrantes incumplientos de las condiciones de la declaración de impacto ambiental» en las dependencias de la antigua mina de Solvay durante las obras del proyecto de urbanización del plan especial de protección, que actualmente están en curso.

La Comisión basa su rechazo en un contundente informe técnico que rechaza punto por punto, en varios casos con acompañamiento de fotografías que ilustran sus argumentos, todos los aspectos denunciados por Toraño.

Los técnicos municipales visitaron las obras de urbanización para comprobar si en alguno de los aspectos la denuncia pudiera estar justificada.

La Unión Vecinal indicaba en su denuncia que las obras estaban alterando sustancialmente los niveles de la explanada, y los técnicos replican que «en la plataforma superior aún existen restos de obras de fábrica originales que delatan que la superficie mantiene prácticamente las cotas iniciales», y que en la plataforma inferior hay más variaciones, pero recuerdan que en el proyecto de urbanización «se contemplaban movimientos de tierra».

Asimismo, Toraño cuestionaba que se estuviera llevando a cabo un control de las obras, y el informe replica que «el contacto con la dirección y encargados de obra se produce de forma habitual», y en el ámbito medioambiental también se tiene constancia de que se reciben «los informes mensuales de control y vigilancia ambiental».

Otro aspecto denunciado era la circulación y aparcamiento de la maquinaria fuera de la zona de obras. Los técnicos no hallaron pruebas de que fuera así.

La Unión Vecinal señalaba, asimismo, que no se habían colocado barreras de retención de sedimentos, pozos o zanjas de infiltración para evitar el arrastre de tierras al río. El informe constata, con fotografías, que hay zanjas de retención realizadas en el margen de las obras con el río Pielgón. El informe aclara, también contra el criterio de la Unión Vecinal, que respecto a la ubicación de las instalaciones auxiliares de las obras «resulta sumamente fácil comprobar que éstas se encuentran localizadas en la zona más alta y alejada de los cauces y arroyos», y que «en esa misma zona, y dentro de recinto cerrado, se encuentran depositados los materiales más peligrosos o tóxicos (aceites, combustibles, etcétera).

Los vecinos denunciaban, además, emisiones de polvos, un hecho que los técnicos no han podido constatar, al menos «en una magnitud destacable».

Otro aspecto que cuestionaba la Unión Vecinal era el incumplimiento de la condición de preservar la vegetación de ribera de la charca, el bosque ribereño existente y las masas forestales. El informe señala que la vegetación de la charca está tal como estaba antes de empezar las obras, y con respecto a las otras manchas arbóreas, existe «una zona de alisedas o bosque de ribera a conservar, pero en otras zonas y según el proyecto de urbanización, se actuará y posteriormente se revegetará de acuerdo con el plan realizado al efecto».

Por último, la asociación denuncia que no se garantizan los actuales suministros hídricos, eléctricos y de telecomunicaciones, y los técnicos no tienen constancia de que se hayan interrumpido en ningún momento, si bien el informe señala que hay una tubería de agua «en estado muy precario» que se tratará de arreglar. El informe es lo suficientemente claro para que todos voten a favor de la desestimación.