Pola de Siero,

Franco TORRE

«Quintos del 69 que fuimos en el 70, ya han pasado 40 años y aún lo tenemos en cuenta. Vaya si lo tenemos en cuenta...». Desde hace 7 años, los quintos del 69 que hicieron el servicio militar en el Centro de Instrucción de Reclutas (CIR) número 3 de Santa Ana (Cáceres), se reúnen de manera anual para rememorar aquellos meses de camaradería en tierras extremeñas.

Durante casi 200 años, el servicio militar fue obligatorio para todos los varones en España. Se suprimió en 2001. Y los que lo tuvieron que cumplir lo hicieron. Unos, a regañadientes. Otros, contentos. Pero la mayoría salió de la mili con muchos amigos.

Más allá de la componente militar, «hacer la mili» fue para los españoles una experiencia intermedia que marcó su paso entre la adolescencia y la edad adulta. Y pese a la dureza del entrenamiento y a los rigores de la disciplina militar se crearon lazos de camaradería ineludibles con los compañeros de quinta.

El encuentro entre los «quintos del 69» que se desarrolló en la noche del viernes se celebró en el hotel Lóriga, cuyo propietario, Rufino, es uno de aquellos reclutas. Entre sus compañeros se encuentran vecinos de toda Asturias, entre ellos el ex alcalde de Morcín, Juan Antonio Rionda Mier, ahora presidente de la Federación Asturiana de Montañismo, o Fermín, apodado «El Morrosco».

Precisamente, Rufino, Juan Antonio y el propio Fermín fueron los promotores del primer encuentro entre los quintos. Un primer encuentro que se celebró en 2004 y que los antiguos reclutas han reeditado de manera anual.

La edición de este año de la reunión, marcada por la peculiaridad de que se celebra en el 40.º aniversario de la llamada a filas de los quintos, contó además con una memorable intervención de «El Morrosco», que leyó a sus antiguos compañeros de fatigas un monólogo en verso en el que se repasaban las vivencias de todos ellos en el Ejército español.

En sus versos, «El Morrosco» recordó la jura de bandera, celebrada el 9 de agosto, y cómo marcharon al ritmo de una canción gallega, al son que pica el tambor: «O carballo da Portela ten a folla revirada, o carballo da Portela ten a folla revirada, que lla revirou o vento, que lla revirou o vento, unha noite de xiada».

«El Morrosco» recordó emocionado ante sus compañeros: «Allí en aquella explanada, y allí subido a un templete había un vestido de blanco, todo adornau con medallas, era un general de Franco».

La reunión acabó con un emocionado recuerdo para aquellos que, por un motivo u otro, no pudieron asistir, y para los «viejos tiempos que nun se puen olvidar... y 40 años que ni los vimos pasar».

Al grupo aún les quedan muchos años por delante que ver pasar y disfrutar juntos. Para el próximo año, aseguran, la cita ya está convocada.