Lugones,

Manuel NOVAL MORO

Lugones estaba destinada a cambiar su fisonomía de forma considerable en unos pocos años. La nueva coyuntura económica, sin embargo, ha obligado a la villa a echar el freno. Si Pola de Siero pospondrá el desarrollo del Oeste hasta que vengan mejores tiempos, Lugones hará lo propio con otra actuación que está mucho más definida y cerrada: el área residencial de La Ería.

El Ayuntamiento de Siero había diseñado hace unos años, cuando la bonanza económica parecía inagotable, un área residencial en el noroeste de la localidad en la que estaba previsto construir en torno a 2.000 viviendas y amplias zonas verdes. Este desarrollo llevaba incluido, a su vez, el diseño de un nuevo modelo de ciudad, con un amplio bulevar paralelo a la calle Antonio Machado desde el sur de la villa hasta la zona de El Castro en el Norte, destinado a convertirse en una de las principales arterias de la localidad. Parte del bulevar ya está construida, un tramo que cruza perpendicular la calle Luis Braille hasta la avenida de Viella.

La crisis, sin embargo, ha obligado a posponer todos estos desarrollos. Esto no significa que se desechen, ni mucho menos. A diferencia del plan del oeste de Pola de Siero, que cuenta tan sólo con unas líneas maestras y ninguna definición concreta sobre su diseño, la zona de La Ería está ya estructurada. Y, lo que es más importante, todos los terrenos han sido adquiridos ya por promotoras.

Lo que ocurre es que, por el momento, ninguna de las empresas que tienen los terrenos está dispuesta a ponerse a construir inmediatamente, dadas las circunstancias. Se trata de una bolsa de vivienda demasiado grande para las actuales estrecheces del mercado.

La crisis ha pospuesto indefinidamente, también, un proyecto asociado al plan de La Ería: el nuevo centro cívico de Lugones. El municipio cuenta con una parcela de 2.250 metros cuadrados en La Ería, adquirida como anticipo de la cesión del 10 por ciento de los terrenos del área residencial, en la que el anterior equipo de gobierno había previsto construir un edificio para centralizar los principales servicios administrativos, culturales, de ocio y de asociacionismo de la localidad.

El problema que surge ahora es el mismo que ha paralizado otras muchas actuaciones. Aunque realizado por la Oficina Técnica Municipal, el nuevo edificio tendría un coste aproximado de 5 a 6 millones de euros, una cantidad imposible de asumir en las actuales circunstancias.

El alcalde, José Antonio Noval, explicó que ahora «no se pueden afrontar obras con financiación plurianual, sobre todo si son de nueva creación». Según el regidor, el municipio debe hacer priorizar aquellas inversiones «que contribuyan a generar riqueza, frente a las que aumenten el gasto corriente».