La primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Carreño, Aurea Gutiérrez, Aurita para entendernos, se ha encontrado de frente y se ha dado de morros con la cara más dura de la política, la que entra en la vida privada, y una acusación de prevaricación puede tener graves consecuencias en la vida privada. No se puede aprobar que la concejala de seguridad ciudadana aconseje a los ciudadanos recurrir las multas de aparcamiento. Ella lo hizo y fue un error. Pero lo que tampoco es normal que le calquen un proceso penal por hacer su trabajo, si es que así fue. Si el número de multas se multiplica de manera tan evidente como pasar de 10 a la semana a 25 al día, lo normal es que la concejala y por tanto responsable de la Policía Local quiera saber qué está pasando y revise los documentos. Si Aurita se hubiese mantenido al margen y no hubiese pedido las denuncias para analizarlas seguro que le hubiese caído una denuncia por dejación de funciones y permitir que se multase sin control. Así que si lo haces, malo y si no, peor.