Oles (Villaviciosa), Gonzalo BENGOA

Los vecinos de Oles cruzaban los dedos en las jornadas previas. Sus esmerados preparativos del día grande de la Fiesta de las Flores podían venirse abajo por una mala llovizna. Pero, finalmente, el día salió redondo. El sol brilló y con él la procesión dedicada a la Virgen de la Salud y todas las actividades paralelas.

Para abrir boca, los pasacalles a cargo de la Banda de Gaitas «Conceyu Siero», que recorrió los diferentes barrios de la localidad. Después, los vecinos de Oles acompañaron a los gaiteros portando tres elaborados ramos hasta la iglesia parroquial, donde se celebró el oficio religioso. Tras la misa volvió la procesión, portando a la Virgen, y poco después tuvo lugar la tradicional subasta de los ramos que llevaban panes, cerezas, tartas y otras viandas.

La iglesia se quedó pequeña para acoger a los numerosos vecinos y devotos de la Virgen de la Salud. «Llegan de todos los rincones del concejo y de otros puntos de Asturias», comenta Alicia Castiello, tesorera de la comisión que organiza las fiestas. Los vecinos de Oles destacan la importante tradición de estos festejos y «la unión que existe en el pueblo para organizar la fiesta», pero al espectador le llama la atención la implicación de los habitantes de la localidad maliayesa en la elaboración de los ramos, muy decorados y variados, y el trabajo para que la Fiesta de las Flores sea cada año un éxito. «Ahora incluso tenemos buen tIempo, porque hubo años en los que la lluvia era habitual», recuerda una vecina del concejo. Olé para Oles.

La misa fue seguida con mucha devoción, y es que son muchas las personas que «hacen promesas a la Virgen de la Salud a lo largo del año», según cuenta Ana Villar. El canto de la salve a la Virgen es uno de los momentos más emotivos de la celebración religiosa. «Es una tradición que los vecinos conseguimos recuperar», destaca orgullosa la tesorera de la comisión de festejos.

La Fiesta de las Flores de Oles posee un gran tirón popular y siempre se celebra el último fin de semana de mayo. Se convierte en el punto de partida de las actividades festivas de Villaviciosa. El goteo de gente fue cada vez más intenso según se acercaba ayer la hora de la misa dominical. «La mayoría celebramos la fiesta con el sentido religioso que tiene, pero sin olvidar la romería y las verbenas», señala Antonio Díaz, que regresaba a Oles un año más junto a su mujer.

La Fiesta de las Flores de Oles comenzó el pasado viernes con una degustación de chorizos y una primera verbena. El sábado por la mañana tuvieron lugar varios repiques de campanas y descargas de voladores, además de disputarse el XXXI Trofeo Virgen de la Salud. La jornada de ayer terminó con una exhibición del juego del lirio, además de una nueva verbena, y la fiesta continúa hoy, lunes.

Para esta última jornada están previstas varias actividades. A las doce y media de la mañana se oficiará una misa por los difuntos de Oles. A las seis de la tarde habrá juegos infantiles y media hora más tarde se disputará un partido de fútbol entre solteros y casados, en memoria de Ladino Tuero. Por la noche, a las nueve y media, se celebrará la tradicional merienda tradicional en el prao de la fiesta y a las diez un concurso de tortillas de patatas y cebolla. Una verbena y una chocolatada cierran el programa.