Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El Ayuntamiento de Carreño mantiene desde hace días negociaciones con la empresa conservera Agromar para que se instale en el concejo de Carreño. El lugar propuesto por el gobierno municipal para la ubicación de la industria alimentaria es la nueva ampliación, ya aprobada, del polígono de Falmuria, y el objetivo que se persigue es conseguir la incorporación de más empresas del sector, según declararon fuentes del consistorio. Tras el cierre de Conservas Albo y la anunciada marcha de Remo, que dejará de operar en Carreño este año, la llegada de Agromar permitiría al municipio mantener la actividad conservera presente en el concejo desde hace más de un siglo.

«El Ayuntamiento trabaja en la puesta en marcha de la ampliación de Falmuria de forma efectiva», explicó ayer la concejala de Urbanismo, Melania Álvarez, con respecto al futuro espacio que dará cabida a la nueva industria agroalimentaria. Álvarez aclaró el estado en que se encuentra el proyecto: «una vez finalizada la tramitación administrativa de la ampliación del polígono, comenzará a trabajarse en el proyecto de urbanización de la zona», declaró, si bien no precisó el tiempo que llevaría la operación.

Con respecto a las negociaciones entre el Ayuntamiento y Agromar, que Álvarez reconoció, la concejala de Urbanismo explicó que «al tiempo que se lleva a cabo la ampliación del polígono, se negocia la incorporación de varias empresas del sector agroalimentario al mismo». Tal negociación se está llevando a cabo en paralelo a la creación del espacio físico donde se pretende que se instalen. Sobre este particular, la concejala matizó que «se están dedicando no pocos esfuerzos para conseguir que las empresas del sector agroalimentario se afinquen en Carreño».

El polígono de Falmuria se encuentra en la parroquia de Prendes, junto a la carretera Gijón- Avilés, y cuenta con varias empresas de diferentes sectores, con mayor presencia de las del metal. La ampliación prevista, aprobada por el Ayuntamiento en 2009, ocuparía terrenos agrarios situados en su entorno.

Carreño ha contado a lo largo de su historia con cerca de un centenar de firmas de la industria conservera, las últimas Albo y Remo. Los esfuerzos por mantener al sector en el concejo se han repetido, con altibajos, en las dos últimas décadas. Los críticos acusan al gobierno de haber llegado tarde en la consecución de un polígono dedicado exclusivamente al sector agroalimentario. Primero, se trató de crear este área en las afueras de Candás, en la zona de Noval, y, posteriormente, en la parroquia de Prendes.