Pola de Siero,

F. TORRE

El Ayuntamiento de Siero se ha sumado a las protestas contra la supresión del puesto de director de las escuelas de bebés y exige a la Consejería de Educación que mantenga la dirección propia en los dos centros de este tipo que funcionan en el concejo, tal como se recoge en el convenio firmado entre ambas administraciones en 2002.

Siero cuenta con dos escuelas de bebés: «La Manzanita», de Lugones, abierta en 2007 y que cuenta con 49 alumnos, y «El Carmín», de la Pola, inaugurada en 2003 y con 39 alumnos matriculados en el último curso. Ambos centros cuentan con una lista de espera cercana al medio centenar de niños.

Pese a que el consistorio sierense no había hecho público hasta ahora su rechazo a la medida, el alcalde de Siero, José Antonio Noval, mantuvo diversas reuniones durante el mes de julio con representaciones de los padres y del profesorado de los dos centros localizados en el concejo, en las cuales les manifestó el apoyo del consistorio a sus reclamaciones.

En paralelo, el gobierno municipal hizo llegar un escrito al Consejero de Educación haciendo notar su preocupación por la supresión de las plazas de director. No obstante, la reciente resolución de la Consejería que asigna un coordinador común, con el cargo de «director», para los dos centros de Siero y el de Llanera ha generado un profundo malestar en el seno de la corporación sierense.

En este sentido, la concejala de Urbanismo de Siero y miembro del Consejo Escolar de las Escuelas, Engracia Valle, ha señalado que, «con esta decisión, lo que se logrará es una mayor carga en el trabajo del personal educativo, que tendrá que emplear parte de su horario laboral para realizar esas tareas administrativas del día a día que requieren una dedicación importante, con el consiguiente perjuicio de pérdida de calidad de la enseñanza y atención a los niños, verdaderos damnificados».

Asimismo, Valle entiende que los consistorios tendrán que acabar asumiendo unas tareas administrativas que hasta ahora venían realizando las directoras de los centros. «En estas escuelas no se puede hacer una programación de acuerdo a un plan de trabajo previsto, ya que se trata de un colectivo especial, niños de muy cortas edades, y diariamente surgen imprevistos y dificultades a los que debería darse una respuesta inmediata y no esperar los trámites administrativos de rigor hasta que llegue una decisión».

Para evitar estos perjuicios, el consistorio sierense exige mantener la dirección propia de los centros, «como venía recogido en el convenio de colaboración que en 2002 se firmó entre el Ayuntamiento de Siero y el entonces consejero de Educación, Javier Fernández», en el que se contemplaba «la figura del director especialista en educación infantil, cuyas tareas quedaban claramente diferenciadas respecto del personal técnico educativo y de atención a los niños».