Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Sin que apenas se enteren los vecinos, desde primavera y hasta verano se produce una batalla por la hegemonía de los cielos en Candás. Desde hace tres años, la empresa Locus Avis, tras la llamada del Ayuntamiento, realiza una campaña de retirada de nidos de gaviotas. En el municipio protestan por la superpoblación de aves y los problemas que generan, y la empresa trata de controlar su reproducción mediante la retirada de los nidos. «Las gaviotas hacen una primera puesta de nidos en mayo, y los pollos ya nacen a principios de verano», explica el técnico en manejo de fauna salvaje de Locus Avis, Luis Miguel Reguero. De ahí a que los pollos vuelen pasan algunas semanas, y su labor consiste en que no se llegue a completar el proceso. «Retiramos los huevos de los nidos de los tejados, el huevo se destruye y el nido se tira», añade su compañero en las cumbres Ricardo Díaz. Pero no basta con eso. «Las gaviotas hacen una reposición o incluso dos», aseguran los expertos.

El método empleado para paliar la superpoblación de gaviotas patiamarillas en la villa marinera comienza con la colaboración ciudadana, que advierte de la existencia de los nidos en sus tejados. Hasta allí se desplazan estos técnicos, que realizan el proceso manualmente, aunque a veces corren el riesgo de ser atacados. «La gaviota defiende su territorio, siempre está cerca, así que en alguna ocasión han realizado vuelos intimidatorios o incluso nos han atacado», explica Reguero. Las armas que las aves emplean guardan relación con los problemas que generan a los vecinos: «Excretan o vomitan sobre nuestras cabezas con una precisión milimétrica, y en el peor de los casos tratan de golpearnos con sus patas».