Rubiano (Grado),

Lorena VALDÉS

La bebida más famosa del mundo, la Coca Cola, se elabora con una fórmula secreta que jamás será revelada. Lo mismo ocurre en Rubiano, Grado, con la receta del cordero a la estaca. Sus cocineros sólo hablan de un misterioso adobo y de la leña autóctona como los responsables del sabor inconfundible de una carne de la que ayer dieron buena cuenta cientos de personas durante la celebración del XV Festival de este manjar, que se acompaña con pan de escanda y arroz con leche. En total, se prepararon casi quinientos quilos de carne.

A las ocho de la mañana comenzó la faena para los cocineros del pueblo encargados de asar los 40 corderos que la asociación cultural San Lorenzo sirvió en esta tradicional cita gastronómica que crece cada año. Doce horas antes, la carne había sido adobada con unas especies cuyo nombre nunca saldrá a la luz. Ni siquiera muchos de los vecinos más longevos de Rubiano, como Julia López, la conocen. A sus 89 años, esta mujer se convirtió ayer en la «Güela del año» y recibió el cariño y las felicitaciones de sus paisanos. También le cayó algún «piropín» de esos que sientan bien a cualquier edad. «¡Estás estupenda, no aparentas los años que tienes ni de broma!», le espetó una vecina tras plantarle un par de besos.

Tras el homenaje, el público participó en una animada subasta de panes de escanda y dulces, a modo de aperitivo. «Este tiene muy buena pinta, con un poco de chorizo ta riquísimo», animó Juan Ramón Fernández, uno de los organizadores de la romería. Su gancho surtió efecto y por cada pieza se llegó a pagar hasta 36 euros.

El punto fuerte de Rubiano es la gastronomía y el II Concurso de arroz con leche que se celebró a continuación estuvo de lo más disputado. Al final, Lala Fernández y Marisa Fernández se proclamaron vencedoras y se llevarón una fondie de premio a casa. Sobre las tres de la tarde, el olor del cordero recién asado invitó a los comensales a esperar turno para hacerse con una abundante ración. Una vez más, los cocineros superaron la prueba con éxito y poco o nada quedó en los platos tras una comida en la que familiares y amigos volvieron a unirse en las mesas, con el asado como pretexto. Después de la comida llegó el momento del descanso, y mientras unos buscaban hueco para reposar, otros preferían bajar el cordero bailando al son del trío «Alfa» y el dúo «Emiliano y Blanca». Los termómetros volvieron a dispararse a media noche con el espectáculo de striptease de María Lapiedra. Más de uno llevará abanico el año que viene.