Candás, Gonzalo BENGOA

En Candás, por San Roque, no hay fiesta sin la campana de la ermita. Lo repitieron ayer los vecinos que disfrutaron de la tradicional romería junto a la capilla dedicada al santo. Una tarde soleada que resultó perfecta «para merendar de campo, tras visitar a San Roque», explicó Ana Prendes, que acude al festejo junto a su familia todos los años. «Cada 16 de agosto se repica la campana desde el amanecer hasta la madrugada», explica Rafael Fernández, de Casa Fuxa, justo al lado de la capilla. La tradición dice que hay que tocar la campana siete, nueve o hasta doce veces antes de entrar en la ermita para lograr la protección de San Roque. «Repicamos siete veces y de paso pedimos algún deseo para verlo cumplido», cuenta Carmen Menéndez, vecina de Candás. «Los que tocan la campana doce veces son los que piden un deseo por cada mes del año», explica otra romera. Y es que pasadas las cinco de la tarde el trasiego de gente es continuo. Se hacen colas para tocar la campana y los asiduos explican a los nuevos en la fiesta las peculiaridades del festejo y los beneficios que otorga tocar la campana de la ermita. María Luisa y Montse visitan la ermita por primera vez y no dudan en tocar siete veces la peculiar campana.

«Me lo contaron en la playa esta tarde y no dudé en venir», explica María Luisa. Cientos de personas subieron hasta los alrededores de la ermita para merendar costillas, tortillas y empanadas, entre sidra y buen humor. De las empanadas se encargaron varias vecinas del barrio de San Roque que un año convocaron el concurso para premiar a las mejores. «Comenzamos dos vecinas, tuvo éxito y ya llevamos diez años con el concurso», explicó ayer Magali Cuervo, una de las organizadoras. Concursaron veintisiete empanadas y todas llevaron premio.

También hubo misa en la ermita de San Roque, que se quedó pequeña para acoger a los devotos al santo. La ermita fue construida en el siglo XVI, en la antigua entrada principal del pueblo, con el fin de implorar al santo para que no entrase la peste en Candás. Y el edificio fue dedicado a San Roque, ya que junto a San Sebastián son los abogados contra la peste y todo tipo de epidemias. La campana de la ermita desapareció en 1985 y fue sustituida por la actual mediante suscripción popular.