Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El Ayuntamiento de Carreño destinará 100.000 euros de una partida presupuestaria extraordinaria a completar las obras de construcción de la acera que une el casco urbano de Candás con la población de Antromero, en Gozón, y la piscina de la Mancomunidad del Cabo de Peñas. Este paso peatonal de casi un kilómetro de largo se comenzó a construir a principios de 2009 y la obra se paralizó cuando se había realizado la mitad. El motivo del parón fue que el resto del tramo debía ser completado por la empresa constructora de la urbanización anexa de Piñeres, que, sin embargo, no cumplió con un convenio que tenía firmado con el Ayuntamiento carreñense.

Cuando se le dio licencia a la empresa para edificar, se acordó que se encargase de su parte de la acera, inmediatamente después a que el Ayuntamiento completase la suya. Pero hace ya un año y medio de la finalización de los trabajos por parte del municipio y la acera sigue a medio hacer, dejando inservible la obra realizada hasta el momento y siendo motivo de numerosas quejas por parte de vecinos y usuarios de la piscina. Precisamente a causa de esas quejas, el gobierno ha optado por efectuar por su cuenta la obra, con la intención de cobrarle los gastos a la empresa constructora. «Nuestro compromiso es dar servicio a los ciudadanos y tomar decisiones», explicó al respecto la concejala de Urbanismo, Melania Álvarez.

Sin embargo, la medida ha suscitado polémica, ya que desde el Partido Popular se cree que ha habido momentos para exigirle a la empresa el cumplimiento de su compromiso. Así, los conservadores recordaron que «el pago de la construcción de la acera corresponde a la empresa del plan parcial de Piñeres, que se comprometió a hacerla, quedando la licencia de primera ocupación condicionada a la finalización de estos trabajos».

Y ahí es donde surge el problema porque, a juicio del portavoz popular, Celestino Gutiérrez, «hace casi un año la empresa pidió esa licencia y el Ayuntamiento, en lugar de denegársela hasta que cumpliese con la acera, dejó que fuese otorgada por silencio administrativo». Gutiérrez añade: «Nos encontramos con una obra que debe ser costeada por la empresa y que finalmente va a ser pagada por el Ayuntamiento a causa, una vez más, de la dejadez y de la negligente gestión del gobierno municipal».