Villaviciosa,

Mariola MENÉNDEZ

Los productores asturianos de sidra dispondrán en los próximos años de nuevas variedades de manzano de Denominación de Origen Protegida (DOP). El Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), con sede en Villaviciosa, ultima los trabajos para seleccionar 55 variedades de manzano, algunas de las cuales podrían engrosar la lista de denominación de origen, que actualmente cuenta con 22. En cualquier caso, Enrique Dapena, jefe del programa de investigación de fruticultura del Serida, calcula que habrá que esperar «entre tres y cinco años» para obtener resultados concretos.

El Serida también trabaja en la obtención de variedades de manzana amarga, que escasean en Asturias y que además de aportar sabor a la sidra, la dotan de un aroma característico. Esta actuación, que responde a una de las principales demandas de los cosecheros, puede materializarse dentro de uno o dos años.

Pero uno de los grandes caballos de batalla del sector es controlar la vecería. Así se llama a la alternancia de años con gran cosecha, los impares, con otros de escasos frutos, los pares. El Serida es consciente de la necesidad de lograr una regularidad productiva en los pumares y por eso lleva tiempo trabajando en ello, asegura Dapena. Aunque los fruticultores reconocen que en las últimas campañas se había equilibrado la producción, este año el granizo ha tenido la culpa de que la recolección de manzana vaya a ser escasa.

Los productores también están alerta por la enfermedad conocida como fuego bacteriano, altamente contagiosa y que debe su nombre al aspecto quemado que deja en las plantas. Arrasa plantaciones enteras, especialmente de pumares y perales, aunque en Asturias está controlada, según Enrique Dapena.

El Serida se convirtió ayer en la sede del primer encuentro específico sobre recursos genéticos del manzano que realiza la red de colecciones de este árbol, coordinada por el Centro Nacional de Recursos Fitogenéticos del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Agroalimentaria. Participaron responsables de estos bancos genéticos de Aragón, Canarias, Castilla y León, Cataluña, Galicia, Navarra y Asturias.

El coordinador de la Red Española de Recursos Fitogenéticos, Juan Fajardo, apuntó que fijan la atención en tres puntos. Por un lado, en la importancia de documentar correctamente estas colecciones para poder establecer una uniformidad y establecer comparaciones. También quieren definir los datos que deben tener en cuenta en estos estudios y encontrar mecanismos para realizar duplicados de seguridad de las muestras, muchas veces expuestas a factores naturales. En definitiva, se trata de unificar los protocolos y la forma de trabajar en los distintos centros de investigación españoles para favorecer la colaboración entre unos y otros. Fajardo asegura que también tratan de atajar el problema de la sinonimia, porque la misma variedad puede llamarse de forma diferente en varios lugares.

La colección del Serida es la que incluye más variedades de España, con 800 entradas de manzanos. Tratan de estudiar los caracteres de las distintas clases, mantener la diversidad genética y mejorar las variedades.