Villaviciosa,

Mariola MENÉNDEZ

Las plantaciones asturianas de frutales son una referencia europea en sostenibilidad. Así lo asegura el responsable del programa de fruticultura del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), Enrique Dapena. Y así lo demuestra, también, la visita a las instalaciones de Villaviciosa y a otras plantaciones que estos días realizan varios investigadores del grupo europeo de trabajo «Verger Durable».

Dapena explica que en la región se apostó por «un modelo de cultivo semiextensivo» que está obteniendo una «valoración interesante» y agrega que otros países están experimentando un «retorno de los modelos extensivos». Pero, ¿qué se entiende por una plantación sostenible?. Dapena responde que son aquellas que persiguen «producir fruta en cantidad suficiente y con una calidad satisfactoria. Además, son respetuosas con el medio ambiente y, desde el punto de vista del productor, son rentables».

Este grupo de trabajo, que inició ayer la primera de sus reuniones anuales y la concluirá hoy, está formado por expertos de Francia, Bélgica, Suiza y España. Enrique Dapena explica que el objetivo es estudiar y establecer un sistema de plantación frutal sostenible, para el que buscan varios parámetros, entre los cuales destacan el consumo de energía, la cantidad de fertilizantes y agua empleados y la facilidad en lo que se refiere al desarrollo del propio trabajo. Apostilla que el Serida lleva años trabajando con variedades seleccionadas de manzano bien adaptadas al terreno y que requieren pocos tratamientos, por lo que «es una línea de trabajo que hace que sean plantaciones sostenibles». Dapena aboga por la diversificación de los cultivos.